
Una nueva era para la protección de los océanos
60 países ratifican el Tratado de Alta Mar, un hito histórico para la conservación marina y la gobernanza mundial de los océanos.
En un momento histórico para el planeta, 60 países han ratificado oficialmente el Tratado de Alta Mar, lo que ha dado inicio a una nueva era de cooperación internacional para proteger casi la mitad de la superficie terrestre. Este acuerdo histórico —conocido formalmente como Acuerdo de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar Relativo a la Conservación y al Uso Sostenible de la Diversidad Biológica Marina de las Zonas Situadas Fuera de la Jurisdicción Nacional (acuerdo BBNJ) o Tratado de Alta Mar— establece un amplio marco jurídico para proteger la biodiversidad marina en zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional.
Quote: Jennifer Morris
La ratificación del Tratado de Alta Mar no es solo un hito, es un momento decisivo para el futuro de la vida en la Tierra. La protección de nuestro planeta depende de la protección vinculante de las aguas internacionales. Sin ella, los objetivos globales 30x30 quedan fuera de nuestro alcance.
Estas vastas extensiones oceánicas, conocidas como alta mar, cubren alrededor de dos tercios de los océanos y albergan unos 10 millones de especies, muchas de las cuales siguen sin ser identificadas. Las aguas internacionales también sirven de corredores migratorios vitales para ballenas, atunes y otras especies importantes. Sin embargo, a pesar de su importancia ecológica, la alta mar ha sufrido durante mucho tiempo una gobernanza fragmentada, una reglamentación deficiente y una aplicación normativa limitada. La ratificación del Tratado de Alta Mar marca un punto de inflexión en el modo en que el mundo administra los vastos espacios compartidos de nuestros océanos.
Un momento decisivo para la gobernanza mundial de los océanos
El Tratado de Alta Mar, que entrará en vigencia 120 días después de alcanzar las 60 ratificaciones, sienta las bases de un enfoque más unificado y eficaz de la gobernanza mundial de los océanos. Permite que los países colaboraren en la protección de la biodiversidad, regulen las actividades perjudiciales y garanticen un desarrollo responsable en las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional. El acuerdo incluye disposiciones sobre la evaluación del impacto ambiental del desarrollo de los océanos y el reparto equitativo de los beneficios de los recursos genéticos marinos. Estos mecanismos son esenciales para solucionar los problemas de gobernanza que existen desde hace tiempo y garantizar que las tareas de conservación sean inclusivas y eficaces.
El Acuerdo también es crucial para permitir la creación de áreas marinas protegidas tmabién conocidas como Marine Protected Areas (MPA por sus siglas en inglés) en alta mar, donde la protección oficial es actualmente limitada.
Las MPA son esenciales para mantener ecosistemas sanos y resistentes que favorezcan la biodiversidad, la estabilidad climática y el desarrollo económico. The Nature Conservancy ha defendido durante mucho tiempo el establecimiento, la expansión y la gestión eficaz de las MPA en todo el mundo, lo cual demuestra su eficacia para proteger la vida marina y apoyar a las comunidades costeras.
Por ejemplo, en las Bahamas, TNC ha apoyado el desarrollo de una red de MPA que protegen hábitats críticos para los arrecifes de coral, las tortugas marinas y especies de peces de importancia económica. A lo largo de la costa de la Columbia Británica (Canadá), el Mar Great Bear alberga la mayor red indígena de MPA cogobernadas del mundo, una alianza entre las naciones originarias y los gobiernos federal y provinciales para mejorar la gestión de entornos marinos ecológicamente abundantes, que honra al mismo tiempo el patrimonio cultural y la administración tradicional.


Hasta la fecha, muchas redes de MPA se han limitado a aguas nacionales y han dejado un vacío en la protección donde acaban las fronteras nacionales, pero no la biodiversidad. Especies migratorias como las ballenas y el atún, así como cadenas de montes submarinos y ecosistemas de aguas profundas, se extienden por jurisdicciones nacionales e internacionales.
Quote: Andreas Hansen
El Tratado de Alta Mar permite crear redes de áreas marinas protegidas que trasciendan fronteras, fortaleciendo la continuidad ecológica y la resiliencia oceánica. Es un paso clave hacia una conservación científica y duradera a gran escala.
Estas tareas suponen un impulso y un avance hacia la protección del 30 % de los océanos para 2030, un objetivo clave del Marco Mundial de Biodiversidad. Con la ratificación del Tratado de Alta Mar, el camino para lograr este objetivo es más claro y más alcanzable que nunca.
Del acuerdo a la acción
Si bien el Tratado de Alta Mar ha alcanzado el umbral para entrar en vigencia, su éxito depende de una amplia y rápida ratificación por parte de todos los Estados miembros de la ONU. Una mayor cantidad de signatarios supone una mayor coordinación con los organismos de gestión de los océanos existentes y una aplicación más estricta de las medidas de conservación.
Como miembro de la High Seas Alliance, TNC ha sido un firme defensor de la ratificación del acuerdo. TNC insta al resto de Estados miembros de la ONU a que se unan rápidamente a esta tarea mundial y contribuyan a garantizar la plena aplicación del acuerdo.
Este acuerdo es un avance de gran magnitud, pero no es más que el principio. Proporciona la base para proteger la alta mar, pero el verdadero trabajo está por delante: traducir y aplicar este consenso mundial en un cambio significativo y duradero.
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