Perspectivas

Conservación rara: Métodos insólitos para salvar especies en peligro

Elefante marino color beige claro con su cachorro oscuro.
Elefante marino madre con su cachorro © Mark Dolyak

La naturaleza es rara. Pero la conservación puede ser más rara aún.

Cuando los científicos necesitan salvar una especie en peligro, a veces la solución es sencilla: proteger el hábitat, reducir las amenazas o detener la sobrepesca. Pero a veces, la conservación requiere que se construya un robot, se busque caca o se diseñen una variedad aparentemente interminable de técnicas para recoger semen animal.

A continuación presentamos algunas de nuestras historias favoritas de los (extraños) anales de la conservación; esperamos que compartan las suyas en los comentarios.

1. Espiar al urogallo con robots

Urogallo despliega su plumaje en la pradera.
Urogallo © US Department of Agriculture / Flickr

La reproducción de los urogallos (enlace en inglés) es todo un espectáculo: los machos se pavonean por el lek, un área especial de cortejo, con las colas en punta levantadas, haciendo ruidos burbujeantes vagamente electrónicos mientras ondulan los sacos amarillos brillantes de sus gargantas. Seductor. Pero si se quiere estudiar de cerca el comportamiento de cortejo de los urogallos, es necesario infiltrarse en el lek sin molestar a las aves.

Aquí entra el robot urogallo.

Con un robot teledirigido que introduce un urogallo hembra en el lek, los investigadores (enlace en inglés) de la Universidad de California en Davis están estudiando cómo los machos ajustan su movimiento de plumas, vocalizaciones y pavoneo en presencia de una hembra. Los científicos también están utilizando los robots urogallos para estudiar si el ruido de las explotaciones petrolíferas y de gas (enlace en inglés) afecta al apareamiento de los urogallos.

Los urogallos no son los únicos pájaros robot: los científicos están utilizando pingüinos bebé robóticos (enlace en inglés) para recoger datos sobre el pingüino emperador, mientras que otros están utilizando búhos robóticos (enlace en inglés) para estudiar si distintas especies de aves entienden las llamadas de alarma de otras.

2. Lanzar salchichas de anfibios desde helicópteros

Pequeño satanelo en su cueva.
Satanelo septentrional © Brooke Whatnall

Científicos y administradores de la fauna silvestre están enseñando a los animales australianos en peligro de extinción a mantenerse alejados de los sapos venenosos. Para ello, preparan salchichas con patas de sapo, las aderezan con productos químicos que provocan náuseas y las arrojan desde helicópteros. De verdad.

Los sapos de caña invasores son venenosos, lo que supone una mala noticia para el carnívoro satanelo septentrional. El satanelo septentrional, que ya sufre una amplia reducción de su población, corre el riesgo de morir en grandes cantidades a medida que los sapos de caña amplían su área de distribución hacia el oeste, a través de la región de Kimberley, en el norte de Australia.

Por suerte, los satanelos septentrionales son inteligentes. Si se comen un sapo y enferman de gravedad, aprenden a evitar los sapos en el futuro (siempre que no mueran esa primera vez). Así que, al distribuir salchichas de sapo con sustancias químicas que provocan naúseas antes de la invasión de los sapos, los ecologistas de la Australian Wildlife Conservancy esperan enseñar a los satanelos septentrionales que los sapos de caña son una mala noticia.  (¿Quiere más salchichas de sapo? Lee el artículo completo de Cool Green Science aquí (enlace en inglés).

3. Diseñar un casco recolector de semen y un perfume para pájaros

Ave verde entre plantas de su mismo color.
Kakapo, loro no volador nocturno de Nueva Zelanda. © Department of Conservation / Flickr

¿Dejarían que un ave en peligro de extinción se aparease con su cabeza?

Conozca al kakapo (enlace en inglés), un loro no volador, nocturno y corpulento de 2,5 kg de Nueva Zelandia. Antiguamente se encontraban por toda Nueva Zelandia, pero los gatos silvestres casi acabaron con ellos y ahora solo viven en cuatro pequeñas islas alejadas de la costa (y libres de depredadores).

Para demostrar su aptitud reproductiva, los kakapos machos suben caminando a una montaña, cavan un agujero en la tierra y luego llaman desde él hasta 8 horas seguidas. Estas llamadas de baja frecuencia pueden viajar hasta 5 kilómetros. Al oír esta seductora serenata, los kakapos hembra tienen que trepar por el bosque y subir a la montaña para encontrar a los machos.

Ridícula en el mejor de los casos, esta estrategia de apareamiento es especialmente ineficaz cuando solo quedan unas 100 aves. Así que para ayudar a reforzar la diversidad genética y conservar la especie, Kakapo Recovery (enlace en inglés) inició un programa de cría en cautividad. Observaron que algunos machos eran mucho más populares que otros y se dieron cuenta de que tenía algo que ver con su olor. Así que investigadores de la Universidad de Massey están utilizando un espectrómetro de masas de cromatografía de gases para analizar las plumas de los machos que han tenido éxito (enlace en inglés), con la esperanza de averiguar por qué estos machos tienen tanto atractivo olfativo y, tal vez, desarrollar un "perfume" sintético de kakapo para mejorar el éxito de la cría en cautividad.

Hablando de cría... un kakapo silvestre (pero criado en cautividad), Sirocco, desarrolló la desafortunada costumbre de intentar aparearse con las cabezas de la gente. ¿No me creen? Vean cómo el cineasta Mark Carwardine es "seducido por un loro raro"(enlace en inglés) ante la mirada del actor Stephen Fry.

Tratando de sacar lo mejor de una situación incómoda, el personal de Kakapo Recovery improvisó un casco especial que recogería el semen de Sirocco. Por desgracia, Sirocco prefiere seducir a las cabezas sin casco, y ahora recibe un adiestramiento conductual especial para enseñarle a redirigir sus impulsos hacia una marioneta de peluche de búho (enlace en inglés).

4. Enseñar a perros de rescate a olfatear excrementos de animales silvestres

Perro con hocico en el suelo al lado de su entrenador.
Frehly chequea un tronco en busca de salamandras en Nuevo Mexico, Parque Nacional de Santa Fe. © Karine Aigner

¿Buscan una forma fácil, barata y no invasiva de obtener ADN de especies amenazadas? Prepárense para ensuciarse las manos. Y jugar a buscar.

Caninos de conservación (enlace en inglés) de la Universidad de Washington, entrena a perros de rescate para que olfateen los excrementos de especies amenazadas, desde tigres a orcas, pasando por osos hormigueros gigantes. ¿Y para qué quieren caca los conservacionistas? Los científicos pueden utilizar los excrementos para determinar la especie y el sexo de un animal concreto, así como para calcular el tamaño de la población y su distribución en un paisaje. El excremento de un animal (y las hormonas y otras sustancias químicas que contiene) también puede ayudar a determinar si un animal se está reproduciendo, está expuesto a toxinas o tiene un sistema inmunológico fuerte.

Y estos cachorros no se limitan a olfatear cacas: los perros de programas similares han sido adiestrados para localizar nidos, huevos, cadáveres e incluso animales vivos. En Nuevo México, The Nature Conservancy se asoció con dos perros, Sampson y Frehley, para rastrear salamandras de las Montañas Jemez, en peligro de extinción (enlace en inglés).

5. Disfrazarse de grulla trompetera

Grupo de grullas trompeteras rodean una persona en disfraz de grulla.
Sara Zimorski disfrazada de grulla trompetera © U.S. Fish & Wildlife Service / Flickr

Todos conocemos la historia del patito feo, en la que un polluelo de cisne se confunde y cree que es un patito. Dejando a un lado el bonito cuento infantil, la impronta es un verdadero problema para los conservacionistas que crían animales en cautividad para liberarlos en la naturaleza. Pero a los cuidadores de la Fundación Internacional de la Grulla se les ocurrió una solución aparentemente tonta pero eficaz: disfrazarse de grullas trompeteras (enlaces en inglés)

Cuando están cerca de las aves, los cuidadores llevan trajes blancos que parecen un extraño cruce entre un traje espacial y un disfraz de fantasma de Halloween. Los polluelos se crían en un recinto con una grulla adulta disecada y aprenden a buscar comida con un cuidador disfrazado que tiene una cabeza de pájaro falsa por brazo. El personal incluso ayuda a las aves juveniles a aprender a volar corriendo por las marismas agitando los brazos, eh, las alas. (Vea más fotos aquí).

Parece ridículo, pero sacrificar la dignidad no es mucho pedir cuando está en juego el destino de una especie. Y se han utilizado técnicas similares con otras especies, como los pandas y los cóndores de California.

6. Electroeyacular casi todo

Leopardo.
GUEPARDO El mamífero terrestre mas veloz del mundo se acerca con gran velocidad hacia la extinción. © Tobi 87 / Wikimedia Commons

¿Electro-qué?

Les ahorraremos el suspenso: conservacionistas de todo el mundo intentan criar especies amenazadas y en peligro para ayudar a salvarlas de la extinción. Pero los animales son exigentes, los zoológicos no son románticos y a veces la mejor pareja genética está a miles de kilómetros. (O está merodeando por la naturaleza).

Así que los cuidadores de zoológicos que necesitan semen adoptan un enfoque directo: introducen una sonda metálica especializada en el recto del desafortunado animal, envían impulsos eléctricos a los nervios responsables de la eyaculación, y listo: esencia de lo que sea en peligro de extinción.

¿Raro? Sí. ¿Indigno? Sí. ¿Mejor que la extinción? Absolutamente.

La electroeyaculación ha ayudado a los programas de cría de guepardos, zorros voladorestigres siberianoshurones de patas negraselefantes africanospandas gigantes y muchas, muchas otras especies. (Para más información sobre cómo funciona la electroeyaculación, consulta este magnífico artículo por Jason Bittel). (Enlaces en inglés).

7. Matar estrellas de mar devoradoras de coral con robots

Paisaje submarino con estrella de mar.
Estrella de mar corona de espinas © Kenneth Taylor Jr / Flickr

Todos sabemos que la Gran Barrera de Coral (enlace en inglés) está en problemas por el cambio climático, la sobrepesca, la contaminación. Pero quizá no hayan oído hablar de otra amenaza siniestra: las estrellas de mar corona de espinas.

Sí, estrellas de mar. Las poblaciones de esta estrella de mar, una especie natural del arrecife, se han disparado en los últimos años debido a la escorrentía de nutrientes procedentes de la producción agrícola. Las estrellas de mar comen coral, y las poblaciones sin precedentes de estrellas de mar se están comiendo el arrecife más rápido de lo que puede regenerarse. La cubierta de coral del arrecife ha disminuido en torno al 50% en los últimos 30 años, y los científicos calculan que la estrella de mar corona de espinas es responsable de casi la mitad de esta reducción.

Afortunadamente, los conservacionistas han inventado la mejor máquina destructora de estrellas de mar. Sin bromas. Creado por la Universidad Tecnológica de Queensland, el COTSbot es un robot matador de estrellas de mar que patrullará el arrecife en busca de ellas con un sistema de detección visual entrenado a medida. Cuando encuentra una estrella, el robot la mata sacando un brazo robótico e inyectándole sales biliares. Ten miedo, estrella de mar, ten mucho miedo. (Más información sobre COTSbot aquí, (enlace en inglés).