La Corriente de Humboldt, un mar de vida para la alimentación del planeta
Esta corriente del Pacífico Sur tiene una relevancia mundial para la pesquería y la biodiversidad.
Con apenas 0.1% de la superficie marina, la Corriente de Humboldt es el área pesquera más productiva del mundo. Conservarla es asegurar el futuro alimentario de millones de personas.
En las costas de Chile, Perú y Ecuador la dirección de los vientos hace que las aguas cálidas de la superficie se desplacen hacia Occidente dejando emerger de las profundidades del océano aguas frías y cargadas de vida y nutrientes. A este ecosistema se le conoce como Corriente de Humboldt, hogar de cardúmenes de jureles, anchovetas, atunes, sardinas, así como calamares gigantes, tiburones (más de 70 especies), ballenas y leones marinos, entre otras emblemáticas especies.
A pesar de abarcar solo el 0.1% de la superficie marina global, la Corriente de Humboldt o Corriente Peruana como también se le conoce, es capaz de proveer hasta el 15% de la pesca mundial, y es responsable del 50% de la producción mundial de harina de pescado ―insumo utilizado para la alimentación de animales en la acuicultura, avicultura y ganadería― convirtiéndose en el ecosistema marino más rico y el área pesquera más productiva del mundo.
Corriente de Humboldt en cifras
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0,1%
Superficie global del océano
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15%
de la pesca mundial proviene de esta corriente
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50%
de la harina de pescado del mundo se produce aquí
A la danza de peces se le suman las más de cuatro millones de aves que habitan en la región, que también sacan provecho de la rica cadena alimenticia, entre ellas los emblemáticos pingüinos de humboldt, endémicos de este lugar del mundo, y que debido a las bajas temperaturas del agua pueden vivir en plena zona ecuatorial. El albatros, el pelícano chileno, el piquero peruano y la gaviota gris son otras de las especies que surcan los mares desde el aire.
Especies de la Corriente de Humboldt






Sin embargo, la extracción desmedida de los recursos que esta corriente alberga presenta varios desafíos, incluyendo la disminución de la productividad biológica, la alteración de los ecosistemas marinos y terrestres, y la amenaza a la seguridad alimentaria, principalmente de países como Chile y Perú. Además, el calentamiento global puede modificar la distribución de especies, provocar migraciones forzadas y reducir la disponibilidad de recursos pesqueros para las comunidades costeras.
Eventos extremos como El Niño, que se intensifican con el cambio climático, interrumpen los ciclos naturales del ecosistema, generando impactos económicos y sociales significativos. Frente a este escenario, es urgente fortalecer la resiliencia de la Corriente de Humboldt mediante la conservación de su biodiversidad, la reducción de emisiones y el empoderamiento de las comunidades locales para adaptarse a un entorno cambiante.
Para Natalio Godoy, biólogo marino y líder de la Estrategia de Océanos de TNC Chile: “El gran desafío está en las pesquerías costeras. Mucha gente, muchos recursos, están trabajando sobre las mayores bases de biodiversidad. Y las zonas costeras tienen más del 80% de la biodiversidad que queremos conservar. Por lo que ahí también hay una oportunidad”.
Desde 2015, TNC trabaja de la mano de varias comunidades a lo largo de la costa de Ecuador, Chile y Perú para asegurar que la Corriente de Humboldt siga siendo una fuente de vida, cultura y sustento para las generaciones presentes y futuras.
¿Cómo alimentar al planeta y no morir en el intento?
Según la FAO, la producción de alimentos deberá aumentar en 60% para dar abasto a una población mundial que, hacia 2050, será alrededor de 9.300 millones de personas. De igual manera, asegura que el consumo per cápita de animales acuáticos pasó de 9.1 kg en el año 1961 a 20.6 kg en el año 2021, más del doble y se suma a la sobreexplotación de las pesquerías de las cuales se estima que 70% están completamente explotadas.
Juvenal Antillanca, presidente de la Asociación Indígena de Pescadores de Huiro, en la región de Los Ríos en Chile lo ha visto de primera mano: “Por largos años hemos enfrentado la baja productiva por la disminución de las poblaciones de algunas especies”.
El colapso de las pesquerías y la consecuente pérdida de la biodiversidad exigen un cambio de enfoque. “Conceptualmente, es ahí donde entra TNC: preguntándonos cómo hacemos pesquerías más sostenibles que permitan que estos sistemas naturales productivos se mantengan con todos sus componentes”, complementa Natalio.
Pesca, clave en la alimentación global
La Corriente de Humboldt cumple un importante rol.




Juvenal Antillanca: presidente de la Asociación Indígena de pescadores de Huiro, Chile. © Paula Noé / TNC Chile

Héctor Samillán: ex presidente de la Asociación de Extractores de Mariscos y Pesca Submarina de Ancón (AEMAPSA) © Sebastián Galliani / LUMEN

Atunes de aleta amarilla: en bote pesquero de Puerto López, Ecuador. © Mark Godfrey

Cangrejo: en un bote pesquero de Ancón, Perú. © Jason Houston

Pez litoral: en las costas chilenas, especies que necesitan protección. © Eduardo Sorensen
Ciencia y tecnología para una pesca responsable
A finales de los años 90 los pescadores de la a comunidad de Ancón —ubicada al norte de Lima, Perú—, comenzaron a notar un declive significativo en especies que antes extraían en cantidades abundantes como caracoles, pulpos, cangrejos y jaibas.
Héctor Samillán, pescador, recuerda que su comunidad estableció entonces medidas de protección como las vedas. Es decir, la prohibición de extraer ciertas especies en determinadas épocas del año. “Hicimos esos acuerdos de forma empírica. Pero sentíamos dudas sobre si estábamos haciendo el trabajo correctamente. Fue entonces que contactamos a TNC”, dice Héctor.
Ya han pasado más de 10 años de trabajo entre científicos y comunidades pesqueras de Perú y Chile. El conocimiento acumulado se ha centralizado en Fishpath, una herramienta que busca mejorar la toma de decisiones y ampliar los mercados de la pesca artesanal, una actividad de la que dependen unas 93.000 personas en Chile, más de 55.000 en Perú y alrededor de 28.000 en Ecuador.
Quote: Matías Caillaux
Es importante fortalecer la ciencia para manejar mejor las pesquerías más pequeñas, de menor escala y artesanales, que muchas veces no tienen información suficiente o, cuando la tienen, no cuentan con los métodos para entender en qué estado se encuentran
Mientras tanto, en Ecuador, se apunta a apoyar una producción más responsable de la pesca industrial de atún de cerco. “El monitoreo electrónico implica la instalación de cámaras en lugares estratégicos para que puedan identificarse, en tiempo real, prácticas pesqueras inadecuadas; por ejemplo, la captura de especies vulnerables como tiburones, tortugas marinas o delfines”, explica Marco Robles, director de Conservación en TNC Ecuador.
De igual manera, en este país TNC está trabajando para que la producción camaronera implemente prácticas más sostenibles, incluyendo la conservación y restauración de manglares, un ecosistema interconectado con la Corriente de Humboldt. Vale la pena mencionar que Ecuador es el primer exportador mundial de camarón.
Es así como de la mano de la ciencia y del liderazgo de comunidades como estas es posible visionar un futuro donde la mayor despensa de peces de América Latina mantenga su equilibrio. Conservar la Corriente de Humboldt es esencial no solo por su extraordinaria biodiversidad y su papel en la seguridad alimentaria global, sino también por el bienestar de las comunidades costeras que dependen directamente de ella; y que con sus tradiciones pesqueras ancestrales combinadas con prácticas de pesca sostenible, se convierten en guardianes resilientes a los desafíos ambientales que este mar de vida enfrenta.
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