Primer plano de la casa de un oso andino, también conocido popularmente como oso de anteojos por las manchas que presentan algunos especímenes.
El oso andino habita desde el norte de Colombia hasta Argentina, y transita entre los ecosistemas de alta montaña de la cordillera de los Andes. © Sebastián Di Doménico

Historias en Latinoamérica

Los caminantes de los Andes

Los osos andinos son el único oso que existe en América Latina, habitante de los páramos y bosques de alta montaña

Por Maria Camila Peña, Gerente de Contenidos TNC América Latina.

Con pasos torpes los oseznos siguen a su madre en medio del valle de frailejones, que parecen tocar las nubes. La osa de pelaje café oscuro, casi negro, con manchas blanquecinas, busca con atención en el suelo jugosas bromelias, de la especie Puya o Cardón (Puya raimondii), uno de los manjares predilectos de los osos andinos que habitan el páramo.

Oso andino
Los oseznos al encuentro mientras la madre los espera entre la vegetación. © Emily Hays / TNC
Oso andino - mamá osa
Vigilante espera la mamá osa a sus oseznos. © Emily Hays / TNC
Los oseznos al encuentro mientras la madre los espera entre la vegetación. © Emily Hays / TNC
Vigilante espera la mamá osa a sus oseznos. © Emily Hays / TNC

Con la fuerza de sus garras y sus dientes, desprende las hojas firmes y triangulares, recubiertas con pequeñas espinas, con el fin de llegar al corazón y las bases más tiernas, sabrosas y nutritivas de la planta; de lejos parece como si estuviera pelando una alcachofa gigante. Contrario a lo que se creería para un animal de su tamaño, los osos andinos se alimentan principalmente de bromelias, cogollos de palmas, frutos de roble, aunque también de animales muertos y en ocasiones ganado, al ser omnívoros.

Mientras la madre trabaja, los pequeños juguetean entre ellos, mordiéndose las orejas, empujándose con las patas y restregándose en el musgo acolchonado. Estarán a cargo de su madre hasta cuando cumplan un año y medio de edad, luego comenzarán a moverse largas distancias en solitario, como lo hacen los osos adultos, trepando a los árboles para consumir sus frutos y construir sus moradas e incluso nadando para atravesar paisajes en lo alto de la cordillera de los andes (pese a su tamaño y peso se trata de animales muy ágiles). La madurez sexual, sin embargo, la alcanzarán solo hasta los cuatro o cinco años (según los datos que por ahora se tienen de los osos en cautiverio).

Oso andino
Los osos andinos llegan a recorrer en promedio 15 kilómetros al día, en terrenos de montaña y bosque difíciles de atravesar. © Sebastián Di Domenico
Oso andino - páramo
Las plantas del páramo cuentan con vellosidades para absorber la humedad del ambiente, el frailejón es una de las más características. © Carolina Pino / TNC
Los osos andinos llegan a recorrer en promedio 15 kilómetros al día, en terrenos de montaña y bosque difíciles de atravesar. © Sebastián Di Domenico
Las plantas del páramo cuentan con vellosidades para absorber la humedad del ambiente, el frailejón es una de las más características. © Carolina Pino / TNC

En el Parque Nacional Natural Chingaza, un área protegida a solo 30 kilómetros de distancia de Bogotá (una de las metrópolis más grandes de América Latina, capital de Colombia) y a 3.000 metros de altura, los encuentros con esta familia de osos se han vuelto recurrentes. Esto en mucho tiene que ver con la curiosidad de los oseznos, que le dan rienda suelta a su espíritu explorador, y se dejan llevar por los olores extraños, lo que hace que para la madre osa el trabajo de cuidarlos sea todo un reto. Cada encuentro es único, y le recuerda a los guardaparques y visitantes la íntima conexión que tenemos los seres humanos con los osos, su grandeza y ternura, y la necesidad de conservar sus hábitats para que puedan seguir existiendo.

No son los únicos que se avistan en el lugar, si se tiene suerte, y la neblina deja al descubierto el páramo en todo su esplendor, entre la vegetación - que en este ecosistema se caracteriza por ser en su mayoría baja y contar con vellosidades que absorben la humedad del ambiente para luego infiltrar el agua a los suelos dándole vida a las de quebradas y ríos - es posible divisar al caminante de los andes y el único oso que vive en América Latina, que en la actualidad habita desde el norte de Colombia hasta Argentina, y se mueve constantemente entre los  bosques sub andinos, pasando por el bosque andino, bosque alto andino y los páramos, en busca de alimento. 

Desde el norte de Colombia, hasta Argentina, el oso andino es el habitante insignia de la cordillera de los Andes. © TNC América Latina

Infografía que muestra sobre un mapa de América Latina la distribución del oso andino, siguiendo la cordillera de Los Andes desde Colombia y Ecuador hasta Perú y eventualmente Argentina.

"Son relativamente fáciles de observar desde lo lejos por su pelaje negro, pero la calidad del encuentro depende mucho del azar. Estar cerca de ellos es muy raro, pero cuando pasa es una experiencia única”, dice el fotógrafo de naturaleza Sebastian Di Doménico, quien se ha dedicado los últimos siete años a fotografiarlos en los páramos de Ecuador y Colombia.

Quote: Sebastián Di Doménico

Verlos es algo muy simbólico, son grandes, y muy tímidos.

Biólogo y fotógrafo colombiano

Los osos andinos, todo un misterio

Con su cara achatada, fuerte mordida, refinado sentido del olfato, variada dieta y su alta demanda de material vegetal, los osos son por naturaleza propagadores de semillas a través de sus heces, cumpliendo un importante papel en los ecosistemas que habitan. Además, se les conoce como jardineros de los bosques ya que les gusta trepar a las copas de los árboles y alimentarse de los frutos que encuentran en las alturas. Para acceder a ellos rompen las ramas, alterando la estructura de los árboles y abriendo claros que permiten la entrada de luz, y le dan la oportunidad a las plántulas que se encuentran en el suelo de crecer y prosperar renovando los bosques. Su presencia en estos ecosistemas es sinónimo de buena salud, por eso se les conoce como “especie sombrilla”.

Los osos son animales solitarios no andan en manadas, y utilizan sus olores para dejar rastros y comunicarse con otros de su misma especie. © Sebastián Di Domenico

Oso andino posado sobre una piedra, con una colina con frailejones a su espalda.

Pese a que el oso andino es una de las especies emblemáticas de América Latina, aún es poco lo que se sabe sobre las poblaciones de estos grandulones en su hábitat natural. No existen datos científicos, por ejemplo, que permitan determinar de manera estandarizada si han venido aumentando o disminuyendo en el tiempo. De ahí la importancia de seguir fomentando investigaciones sobre estos animales como las que lidera el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt y la Fundación Wii en Colombia.

Nicolás Reyes, uno de los autores de este estudio, y miembro del grupo de especialistas de oso andino de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), e investigador y curador de la colección de mamíferos del Humboldt, asegura que gracias a los collares de telemetría instalados a algunos individuos en Chingaza se han logrado obtener algunas primeras informaciones. Una de las que más ha llamado su atención y que evidencia el reto de su conservación, es que los osos andinos son grandes caminantes que llegan a recorrer en promedio 15 kilómetros al día, en terrenos de montaña y bosque difíciles de atravesar, y sin tener en cuenta los límites del paisaje. 

“Los osos andinos son animales que requieren de mucho territorio en un mundo en el que cada vez hay menos espacio natural, y más hábitats transformados para cultivos, ganadería y expansión de los centros urbanos.  En ese sentido, los encuentros entre osos y humanos van a ser cada vez mayores, porque estamos invadiendo su casa, y esto nos pone un reto enorme de pensarnos la conservación a escala de paisaje y de preguntarnos cómo podemos utilizar los recursos de una manera más sostenible. Salvarlos, pasa entonces por un tema de salvarnos a nosotros mismos”, dice el científico.

Oso andino
Debido a la expansión de las fronteras agrícolas y urbanas hacia las zonas de alta montaña, el oso andino cada vez ve mas reducido su espacio natural. © Sebastián Di Domenico
Oso Andino
Hábitat en riesgo Las amenazas sobre los ecosistemas andinos son también amenazas para el único oso de América del Sur. © Sebastián Di Doménico
Debido a la expansión de las fronteras agrícolas y urbanas hacia las zonas de alta montaña, el oso andino cada vez ve mas reducido su espacio natural. © Sebastián Di Domenico
Hábitat en riesgo Las amenazas sobre los ecosistemas andinos son también amenazas para el único oso de América del Sur. © Sebastián Di Doménico

Además de la pérdida de su territorio, otras amenazas que enfrentan actualmente son la caza, y el grave estado de fragmentación de su hábitat, pues si bien su distribución está a lo largo de toda la cordillera de los Andes se encuentran en pequeños fragmentos desconectados, lo que afecta su diversidad genética, al tener que reproducirse entre miembros de una misma familia, volviéndolos más propensos a morir por enfermedades.

Mamá osa y sus oseznos buscan refugio bajo las grutas. En el páramo de Chingaza cae la noche, y bajo la luz de la luna los frailejones toman la forma de guardines, protectores de un territorio único, que fue considerado sagrado por los Muiscas (las poblaciones indígenas que habitaban esas zonas) porque en él se concentran los elementos fundamentales para la vida y el equilibrio del cosmos, y en donde aún habitan en libertad los últimos sobrevivientes del linaje de osos de cara corta de la subfamilia tremarctinae que una vez habitaron el sur del continente americano: los osos andinos, los grandes caminantes de la cordillera de los Andes. 

Subfamilia Tremarctinae La distribución de los osos de la subfamilia Tremarctinae, a la que pertenece el oso andino, en el continente. © TNC América Latina

Infografía con la distribución de la subfamilia de osos Tremarctinae en el continente.

El único oso de América Latina

El oso andino (Tremarctos ornatus) es una de las ocho especies de osos que existen en el mundo, siendo la única especie de oso que habita en Suramérica, y el último sobreviviente del linaje de los osos de cara corta, es decir el ultimo representante de la subfamilia Tremarctinae.

¿Cuánto mide un oso andino? Es el más pequeño de los osos de su subfamilia, y aún así es más grande que un ser humano. © TNC América Latina

Infografía con el tamaño de los osos de la subfamilia Tremarctinae con el ser humano de referencia.

El último de su linaje

No está muy claro qué ocurrió con las otras especies de oso de America Latina, pero lo que se sabe es que eran animales mucho más grandes que el oso andino actual, y debido a los cambios ambientales de hace miles de años atrás, no lograron adaptarse y desaparecieron. 

Páramos, fábricas de agua en la cordillera de Los Andes.
Páramos, fábricas de agua en la cordillera de Los Andes. © Carolina Pino / TNC

Protegiendo el páramo, fábricas de agua y vida

Exclusivos de América Latina, los páramos se encuentran en las alturas de la cordillera de los Andes de Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela, entre los 2.900 y los 4.000 metros de altura, y son vitales para la regulación del ciclo hídrico al actuar como “fábricas de agua”.

Como parte de las acciones para recuperar este ecosistema estratégico, en el año 2.000 TNC promovió la creación del primer Fondo de Agua, en Ecuador. Esta estrategia en la actualidad cuenta con más de 26 Fondos de Agua en operación en el mundo,  conocidos también como programas de inversión en una cuenca hidrográfica, iniciativa mediante la cual los usuarios de agua pagan las actividades de conservación que protegen las fuentes hídricas.