Remigio Piranga El promotor ambiental de la comunidad Coreguaje lleva más de 4 años consolidando su cultura en planes de manejo del territorio. © Juan Sebastián Sánchez / TNC Colombia

Historias en Colombia

El viejo cacique que quiere frenar la deforestación protegiendo la cultura de su pueblo

Remigio Piranga lleva 5 años protegiendo las costumbres de su pueblo como una estrategia para contribuir a conservar la amazonia colombiana

La gallina que acompañó a Remigio durante los días que durmió en El Diamante solo dejó de defecar junto a su cabeza dos noches. La pobre cuidaba sus polluelos en el rincón de la estructura donde los visitantes cuelgan sus hamacas. Era el único rincón donde había paredes y el viento no arrastraba la lluvia y donde no había riesgo de mojarse en un aguacero. Ese mismo rincón compartía con el sabedor. Cada mañana se saludaron como un matrimonio, con sus altas y bajas. Remigio echaba chistes estuviera o no acompañado, algunos de ellos a la gallina. Ese humor lo acompaña siempre, y lo destaca entre las comunidades indígenas de Solano, Caquetá.

Remigio Piranga es el promotor ambiental de su comunidad y entre los resguardos Korebaju. Fue cacique del resguardo Jericó Consaya durante más de 23 años. Lo lideró durante una de las épocas más crudas del conflicto interno en Colombia. Aún hoy, medio ciego, libre de su autoridad y con todo el peso de su experiencia, trabaja por su pueblo y por tender puentes entre las comunidades indígenas amazónicas.

El excacique de 65 años ha sido un nodo de esfuerzos para desarrollar y comunicar los procesos de gobernanza y fortalecimiento de capacidades dentro de las comunidades indígenas. Sus esfuerzos forman parte de una estrategia para hacer más efectiva la adopción y apropiación de los planes de manejo que los mismos korebaju construyeron con ayuda de TNC y la Fundación Gordon y Betty Moore.

Comunidades en la frontera de la deforestación

Para llegar a Jericó Consaya es necesario viajar cinco horas en lancha río abajo desde Solano, por el Caquetá. Sus 8451 hectáreas están ubicadas en territorios que durante buena parte de dos décadas fueron dominados por las FARC, en los límites con Putumayo. Conectarse con los demás resguardos Korebaju es una actividad riesgosa en medio de un contexto de economías informales, pobreza extrema, carencia de infraestructura y una compleja situación de orden público. Sin embargo, nada de eso ha impedido que Remigio Piranga lleve la iniciativa de gobierno propio para unificar esfuerzos con otras comunidades indígenas, desde hace cinco años.

Su paso por resguardos como El Diamante son estadías esporádicas donde se llevan a cabo actividades importantes para el proyecto de los planes de manejo. Los acuerdos interculturales, y en general los eventos de diálogo, lo llevan a visitar otras comunidades ubicadas alrededor de Solano, como Puerto Naranjo o San José del Cuerazo.

Quote: Oliver Gasca

Amenazas siempre ha habido en la región. Por eso esta vez la forma de protegerse es reivindicando la cultura.

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La comunidad de El Diamante habla con sus vecinos campesinos de las veredas Combeima y Diamante 21 antes de firmar los documentos de acuerdos interculturales.
Acuerdos interculturales día 1 La comunidad de El Diamante habla con sus vecinos campesinos de las veredas Combeima y Diamante 21 antes de firmar los documentos de acuerdos interculturales. © TNC Colombia / Juan Sebastián Sánchez
El promotor ambiental del RI Jericó Consaya ha trabajado cinco años en consolidar la apropiación y uso de los planes de manejo entre las comunidades korebaju.
Remigio Piranga El promotor ambiental recibiendo la luz del atardecer a orillas del río Peneya, Caquetá. © TNC Colombia / Juan Sebastián Sánchez
Gobernanza indígena para frenar la deforestación Comunidades indígenas como la korebaju fortalecen sus capacidadaes a diario para gestionar sus territorios y contribuir a frenar la deforestación en la Amazonia colombiana.

Menos bosques significa menos conocimiento y riqueza del territorio de las comunidades indígenas amazónicas.

La transformación de las selvas en pastizales o áreas agroindustriales es una amenaza general para los ecosistemas, pero es especialmente grave para comunidades. Por eso los líderes korebaju decidieron apoyarse en aliados para fortalecer su capacidad de gestionar sus territorios. Para ellos, los bosques que han sido hogar se han vuelto irreconocibles.

La selva se ha transformado en extensos desiertos de pasto quemado donde es más probable encontrar charcos orinados por vacas deshidratadas que riachuelos. Lo que es una caminata de 50 minutos a través del bosque se transforma en dos inclementes horas bajo el sol Amazónico.

El día de la firma de los acuerdos en Alto Cuerazo, después de atravesar kilómetros de potrero, ni las galletas de leche ni las naranjas silvestres que Piranga devoraba cada vez eran suficientes para mitigar la asfixia de la falta de sombra.

El impacto es tan evidente que, en contraste, las caminatas dentro de los bosques son guiadas por Remigio, que los conoce bien. Caminar en estos bosques parece tener un efecto refrescante. La permanente sensación de vapor ligero de frutas y flores hace que recorrer largas distancias sea más fácil.

Las comunidades indígenas y los campesinos que comparten territorio son los principales aliados para frenar la deforestación. Aunque legalmente las comunidades indígenas gozan de derechos especiales, en sus territorios se dan dificultades al ejercer y respetar esos derechos. Esto afecta, entre otras cosas, los modos de subsistencia y alimentación de pueblos como el Korebaju.

En el caso Korebaju, su territorio ancestral pasó por un proceso acelerado de colonización que redujo drásticamente el área ocupada por los pueblos indígenas, a la vez que debilitó culturalmente a estas comunidades por nuevas prácticas que debieron adquirir, excluyendo poco a poco el manejo ancestral del territorio.

Piranga es prolijo para contar anécdotas de su vida, la mayoría ligadas al bosque. De ninguna otra forma se ve tan clara la relación que tienen él y sus paisanos con los bosques donde viven. Sobre los planes de manejo, sin embargo, es conciso: “Los planes de manejo son planes a seguir que siempre nosotros a diario manejamos”. Ahí resume una construcción de conocimiento que relaciona varios pilares de la cultura Korebaju y de su relación con el entorno.

Ese esfuerzo tiene como base el desarrollo y la implementación de planes de manejo, enfocándose en recuperar las tradiciones y alimentación propias. El fortalecimiento de capacidades se presentó en tres pilares principales. Investigaciones locales, para recuperar la cultura y las tradiciones; economías desde lo propio, para contribuir en la seguridad alimentaria y los modos de vida; y acuerdos interculturales, para mejorar el manejo compartido del territorio con campesinos y colonos de la región.

Conociendo todos los matices del territorio

Remigio es líder del resguardo Korebaju más extenso y poblado; sumado a este, son 3 resguardos afiliados a ASIMC y 5 resguardos afiliados CRIOMC, que se encuentran en el municipio de Solano. Esta división política se funda originalmente en tener más operatividad para el diálogo con la alcaldía y la gobernación. Esta particularidad no hace que tengan diferencias profundas, pero exige un acercamiento específico al trabajo con ellos. Remigio, entre chistes, ha construido puentes entre los grupos, para así escalar los esfuerzos de autonomía y protección de su pueblo. Dando además ejemplo de unidad a otros grupos que habitan la región.

Para consolidar los esfuerzos en planes de manejo fue necesario involucrar los espacios de armonización de los korebaju. El aporte de Piranga como promotor ambiental estuvo concentrado en mostrar entre sus paisanos las virtudes de desarrollar e implementar planes de manejo del territorio desde la cultura propia. Fue a través de los espacios de comunidad que los planes de manejo tuvieron el origen de su acogida y lo que logró una recepción positiva. Tanto así que todos los resguardos Korebaju del municipio de Solano, al cabo de cinco años, desarrollaron sus planes de manejo personalizados, donde comparten mucho de su cultura, pero donde pueden variar las necesidades y percepciones de los territorios.

El olfato de Remigio para identificar cómo ayudar a su pueblo en un contexto así lo convirtió en un puente dentro de sus mismas comunidades. Y fue a través del fortalecimiento de su propia cultura que encontró la vía de crear conexiones para aumentar el apoyo entre comunidades, y con ello, el impacto de los planes de manejo.

Un espacio para unirse

Desarrollar un plan de manejo para cada resguardo requiere construir una visión conjunta de ese territorio. Después, hacer una socialización interna para alcanzar un consenso general sobre cómo manejar el territorio y las necesidades particulares de la comunidad. Después de consignar información tan importante como el calendario ecológico o el de caza, viene la implementación de las acciones ahí establecidas. Gracias al trabajo de Remigio y otros líderes fundamentales dentro del proyecto, el gran reto de obtener el consenso se desbloqueó gracias a la armonización en espacios sagrados como el mambeadero.

La transmisión de este ejercicio de gobierno propio requirió permanente conversación entre los resguardos. Comunicación transparente y solidaria con cada uno de los resguardos; contribuir a resolver sus problemas, como comunidad. Eso se traduce en, por un lado, mediar, escuchar y proponer ante tensiones de un resguardo con campesinos que transgreden los límites de los territorios por actividades ilícitas. Por otro, contribuir activamente a la mejora de relaciones con otros núcleos campesinos a través de sistemas de trueques directos de productos hechos en sus fincas y resguardos. El trabajo de los promotores ambientales y los líderes del proyecto de gobierno propio muestran decisiones inteligentes que prueban su interés en el bienestar de su comunidad.

Esta comunicación transparente dentro de las comunidades es una forma de facilitar la adopción de las acciones para gestionar mejor su territorio, con mayor autonomía. Las herramientas buscan unificar internamente a las comunidades indígenas; ellas saben que son la primera línea de defensa contra amenazas como la deforestación.

Resumen de resultados del proyecto Moore 3 2019

4 organizaciones regionales vinculadas a procesos de autogobierno y protección territorial

1 organización nacional vinculada a procesos regionales y locales

+200 líderes capacitados

16 resguardos indígenas y 7 núcleos campesinos trabajando juntos para frenar la deforestación.

La comunidad de San José del Cuerazo firmó acuerdos para detener la cacería con perros y administrar responsablemente la pesca con barbasco.
Acuerdos interculturales día 3 El promotor durante los diálogos que se concretarían en acuerdos interculturales entre las comunidades del RI San José del Cuerazo y la vereda Cuerazo Alto. © TNC Colombia / Juan Sebastián Sánchez
El promotor ambiental del RI Jericó Consaya ha trabajado cinco años en consolidar la apropiación y uso de los planes de manejo entre las comunidades korebaju.
Remigio Piranga El promotor ambiental del RI Jericó Consaya ha trabajado cinco años en consolidar la apropiación y uso de los planes de manejo entre las comunidades korebaju. © TNC Colombia / Juan Sebastián Sánchez
Planes de manejo territorial korebaju Didier Pisarro cuenta la historia de implementación del plan de manejo desarrollado por el RI Puerto Naranjo.

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Publicaciones

  • Agenda ambiental comunitaria de Solano

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    Análisis socioambiental del municipio de Solano, Caquetá, producido en conjunto con los equipos de ciencias y de conservación de TNC Colombia y la comunidad campesina e indígena de Solano. Descargar

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  • Plan de manejo Jericó Consaya

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    Documento que consolida información de manejo del territorio en el resguardo korebaju, desarrollado por y para la comunidad. Descargar

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