Arraigados en la tradición
Para los pueblos indígenas y las comunidades amazónicas, trabajar con la naturaleza es tanto un medio de subsistencia como una forma de vida.
“El açaí es nuestra vida, es nuestra sangre”, afirma Tairene Karipuna.
Los Karipuna son uno de los cuatro grupos étnicos miembros de la UASEI, una cooperativa indígena de Oiapoque (Brasil). Durante incontables generaciones, los pueblos indígenas de aquí y de otras partes de Brasil han consumido los frutos de la palma de açaí.
Hoy, el açaí es el centro de una serie de empresas que la UASEI creó para apoyar el sustento económico de las familias indígenas y ayudar a preservar su patrimonio cultural. Esto incluye el uso de técnicas tradicionales de recolección del açaí, que evitan que se dañe el bosque donde crece.
“No talamos la naturaleza para plantar açaí”, comenta Karipuna. “Así como ella nos fortalece y nos da su alimento, nosotros la cuidamos para que nos ayude”.
Muchos de los pueblos indígenas y comunidades locales de la región amazónica de Sudamérica comparten esta relación recíproca con la naturaleza, que refleja tanto una conexión espiritual como práctica con ella. Al preservar el bosque, se aseguran de que el açaí y otras plantas fundamentales para su subsistencia sigan estando disponibles en el futuro.
Sin embargo, el futuro de este bosque se encuentra amenazado. A medida que el uso insostenible de la tierra ―como la agricultura mal gestionada ―agota los árboles de la Amazonía, pronto el bioma podría pasar de ser uno de los mayores sumideros de carbono del mundo a ser una fuente de emisiones de carbono, lo que tendría efectos desastrosos para el clima a escala mundial.
El creciente número de empresas indígenas y comunitarias, basadas en prácticas tradicionales y fundamentadas en la autodeterminación de sus territorios, podría cambiar esta trayectoria. Estas ofrecen un modelo económico alternativo que empodera a los pueblos indígenas y comunidades tradicionales, y que es más sostenible para la naturaleza.
En toda la región, TNC colabora con socios y comunidades para fomentar una economía forestal próspera y dinámica que beneficie tanto a las personas como a la naturaleza. Estos esfuerzos conjuntos tienen el potencial de transformar el futuro de la Amazonía.
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SUSCRÍBETELa Amazonía: pasado, presente y futuro
La selva amazónica se extiende por nueve países de Sudamérica y ocupa casi el 40 % del continente. Representa un tercio de la selva tropical del mundo y alberga el 10 % de la biodiversidad. También almacena más de 120 000 millones de toneladas de carbono en sus plantas y su suelo, el equivalente a entre 15 y 20 años de emisiones mundiales de carbono.
Pero el Amazonas no es solo naturaleza virgen. En la región, viven 30 millones de personas, de las cuales más de dos millones son indígenas. Para estas comunidades el bosque ha sido la fuente de su sustento desde siempre.
Frutos como como el açaí y el cacao, entre otros, no solo proporcionan alimento y refugio a la fauna silvestre, sino que también forman parte del patrimonio cultural y espiritual de las comunidades. Son su alimento tradicional y, cada vez más, la base de los productos que comercializan. Su recolección se realiza mediante procesos ancestrales que respetan los ciclos naturales de crecimiento, lo que hace que estos productos sean más sostenibles.
Amazonía, bajo presión
La Amazonía y las comunidades que sustenta hoy enfrentan presiones acuciantes. Desde 1970, se ha talado hasta el 20 % del bioma y se han degradado otras zonas. La deforestación, la minería ilegal, la agricultura insostenible —especialmente la ganadería—la contaminación y el cambio climático están reconfigurando sus paisajes y sus aguas, y ponen cada vez más en peligro sus ríos, sus bosques y a los pueblos indígenas.
“Nuestros modelos económicos actuales son las principales causas de la pérdida de almacenamiento de carbono, la deforestación, la pérdida de biodiversidad, la violación de los derechos humanos; así como del poco valor que se le da a los productores y las comunidades locales”, afirma Lisa Ferguson, directora de Economías Regenerativas de The Nature Conservancy. “Y estamos viendo los efectos: un planeta con temperaturas más altas y lugares que conocíamos de niños que han desaparecido o cambiado”.
El ritmo de los ríos
El cambio climático está alterando los ciclos del agua en la cuenca amazónica, representando un desafío para los pueblos indígenas y las comunidades locales que dependen de sus ríos como fuente de alimento, transporte y conexión. Conoce cómo los habitantes de la Amazonía se están adaptando a la nueva realidad climática.
La sociobioeconomía, una alternativa para conservar la Amazonía
La pregunta es la siguiente: ¿pueden los medios de vida tradicionales ofrecer un modelo económico viable que satisfaga las necesidades financieras de las comunidades y que proteja la naturaleza? La respuesta está en la sociobioeconomía.
La sociobioeconomía es un enfoque integrado del desarrollo económico que valora la diversidad y el bienestar de las personas y de la naturaleza. Por tanto, es sostenible desde el punto de vista ambiental, y al ser impulsado por los pueblos indígenas y las comunidades locales, permite que la mayor parte de los beneficios económicos se queden en los territorios.
En el estado amazónico de Pará (Brasil), por ejemplo, TNC y sus socios realizaron recientemente un estudio, que evidenció que el valor anual generado por los productos forestales asciende a 4 240 millones de reales, casi tan rentable como la ganadería que genera 4 250 millones de reales al año. Cabe anotar que Pará abarca el 20% de la selva amazónica, y concentra el 40% de la deforestación de Brasil, causada en gran parte por una ganadería mal gestionada.
Dada la creciente demanda mundial de productos, como el açaí y el cacao, los productos forestales no maderables pronto podrían ser más valiosos que la ganadería, sobre todo si añadimos los servicios ecosistémicos que proporcionan los bosques, como el almacenamiento de carbono.
TRAZABILIDAD GANADERA
La ganadería insostenible es uno de los principales motores de la deforestación, pero no tiene por qué serlo. En el estado brasileño de Pará, surgió una nueva iniciativa que rastrea el ganado vacuno en cada etapa de su vida para evitar la deforestación.
“De hecho, el estudio de TNC estima que, con los incentivos financieros y las políticas públicas adecuadas para apoyar la producción rural, estos productos podrían generar 170 000 millones de reales en 2040, lo que impulsaría las economías locales y mejoraría la vida de las comunidades”, explica Juliana Simoes, subgerente de la Estrategia de Pueblos Indígenas y Comunicación Local de TNC Brasil.
Liderazgo indígena y comunitario en la Amazonía
La sociobioeconomía no es solo un concepto abstracto: los pueblos indígenas y las comunidades locales de Brasil, Colombia, Ecuador y otros países amazónicos están demostrando cómo puede funcionar este sistema.
En el municipio colombiano de Solano, la Asociación de Cabildos Murui Muina de la Cuenca del Alto Caquetá (ASCAINCA) —formada por las comunidades de Aguas Negras, Huitora, Coropoya, El Quince e Ismuina— ha puesto en marcha una nueva empresa denominada Kabure. Kabure, que significa “aliento de vida”, vende jugos, pulpas y mermeladas de canangucha y de otras frutas nativas.
En Ecuador, el pueblo kichwa de Rukullakta lidera un programa de acuicultura que cría peces nativos como alternativa a la tilapia, una especie invasora que amenaza los ecosistemas de agua dulce cuando se escapa. La comunidad también cultiva wayusa, una planta tradicional que se utiliza para preparar infusiones ricas en cafeína y antioxidantes.
La comunidad también está experimentando con industrias de servicios, como el ecoturismo comunitario para crear una mayor variedad de oportunidades de negocio para los jóvenes, comenta Samuel Chihuango, el kuraka o líder de los kichwa. “Buscamos alternativas porque nuestra juventud está emigrando del territorio”.
Amazonía Siempre
Muchas comunidades tienen modelos de negocio viables, pero carecen de instrumentos financieros adaptados que puedan ayudarles a pasar de proyectos piloto a pequeña escala a empresas sostenibles. Para cerrar esta brecha, TNC e IBID Invest, en el marco del programa “Amazonía Siempre”, elaboraron la guía de buenas prácticas Construir una sociobioeconomía sostenible y equitativa en la Amazonía: guía de buenas prácticas para el sector privado. Este documento ofrece principios claros para invertir de manera responsable en la sociobioeconomía, ayudando a canalizar más capital hacia las empresas indígenas y comunitarias de forma que se respeten los derechos, se reduzcan los riesgos y se genere valor a largo plazo.
Nuevas oportunidades, nuevos desafíos
Construir una sociobioeconomía sólida requiere algo más que visión. Muchas comunidades necesitan crear capacidades y contar con asistencia técnica para convertir sus conocimientos y sus recursos en empresas rentables. También necesitan acceder a los mercados y a una financiación que se ajuste a su nivel de desarrollo para garantizar que puedan crecer de un modo sostenible y equitativo. Y todo ello depende de políticas públicas que protejan los derechos y fomenten la innovación. La combinación de estos elementos crea las condiciones para que las personas y la naturaleza puedan prosperar.
El punto de partida debe ser apoyar a los pueblos indígenas para que obtengan y mantengan los derechos de tenencia sobre sus territorios, así como la capacidad de autodeterminación dentro de ellos. Toda iniciativa económica debe estar alineada con la visión de la comunidad local y contar con su acuerdo sobre cómo desea gestionar sus territorios y desarrollar sus recursos naturales.
TNC lleva más de diez años trabajando con pueblos indígenas de la Amazonía para garantizar sus derechos sobre la tierra y diseñar planes de gestión territorial que fortalezcan la gobernanza de los recursos. Esto incluye el mapeo de los recursos naturales disponibles, que podrían sustentar nuevos emprendimientos.
Construir una sociobioeconomía sostenible y equitativa
El desafío ahora consiste en garantizar que las numerosas iniciativas de sociobioeconomía en la Amazonía puedan crecer a la escala necesaria para satisfacer las necesidades de los pueblos indígenas y comunidades locales, y a la velocidad necesaria para hacer frente a la urgencia de la crisis climática.
TNC trabaja no solo para apoyar iniciativas sobre el terreno, sino también para reforzar políticas públicas clave, como la Política Nacional de Gestión Ambiental y Territorial de las Tierras Indígenas (PNGATI, por sus siglas en portugués), la principal política indígena de Brasil destinada a garantizar el bienestar y la protección territorial. La colaboración de TNC con la Red COIB (Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña) ha acelerado esta labor en toda la Amazonía, creando las condiciones que han permitido la formación y el florecimiento de organizaciones como la USAEI.
“Para que la sociobioeconomía cause el máximo impacto, se necesitará más inversión. Suelo decir que la ciencia está cumpliendo con su parte [y] que la sociedad está cumpliendo con la suya. Los que deben cumplir ahora con su parte son los gobiernos y las empresas”, afirma Marina Silva, ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil.
Es probable que esta cuestión ocupe un lugar destacado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se celebrará en noviembre de 2025 en Belém (Brasil), ciudad conocida como “la Puerta de la Amazonía”. Si bien los responsables políticos son cada vez más conscientes de la importancia de los pueblos indígenas y las comunidades locales para la protección de la naturaleza y la lucha contra el cambio climático, “no siempre se acompaña esta noción con inversiones reales en estos pueblos”, afirma Leticia Cobello, responsable del programa de TNC para los Territorios Colectivos Amazónicos en Brasil.
“La sociobioeconomía es una solución potencial”, añade Cobello, “pero solo si contamos con apoyo para la gobernanza y los derechos sobre la tierra, de modo que las comunidades puedan permanecer en sus tierras y prosperar”.
Ese apoyo público será fundamental. Pero lo más importante sigue siendo el liderazgo y los ejemplos procedentes de los propios pueblos indígenas y comunidades locales.
Quote: Sebastián Vargas
Queremos demostrar que nosotros, los pueblos indígenas, también podemos tener nuestras propias empresas, siguiendo los principios de nuestra cultura, nuestra gestión, nuestras tradiciones; sin perder de vista nuestro propósito, que es proteger la naturaleza para mantener vivo el planeta.