Perspectivas

Conservación en acción: métodos sorprendentes para salvar especies en peligro

Por Justine E. Hausheer

Rinoceronte negro asoma su cabeza entre la maleza.
RINOCERONTE NEGRO El cuerno que los define también lo pone en peligro debido a la casa furtiva © Amy Vitale

La naturaleza puede ser extraña… pero la conservación lo es aún más. En su lucha por proteger especies en peligro, los científicos han recurrido a soluciones tan ingeniosas como inesperadas: desde teñir cuernos de rinoceronte hasta usar desodorante para proteger aves como el kiwi. 

Este artículo continúa la exploración iniciada en “Conservación rara: métodos insólitos para salvar especies”, donde destacamos algunas de las estrategias más inesperadas que los conservacionistas han utilizado para proteger la biodiversidad.

Ahora, descubrimos nuevas ideas igual de sorprendentes que siguen demostrando que, en la conservación, lo insólito puede ser lo más efectivo.

1. Cuernos sintéticos y tinturas contra el tráfico ilegal de rinocerontes

Un grupo de rinocerontes caminando por una carretera, mostrando sus cuerpos robustos y sus cuernos distintivos en un entorno natural.
Rinocerontes Blancos Un grupo de rinocerontes caminando por una carretera en Sudáfrica. © Michael Jansen/Flickr

Los consumidores de productos ilegales fabricados con cuernos de rinoceronte podrían estar a punto de sufrir una desagradable urgencia gastrointestinal. En un esfuerzo por proteger a su población de rinocerontes de los cazadores furtivos, la Reserva de caza Sabi Sand está inyectando parasiticidas y tintura rosa (enlace en inglés) en los cuernos de sus rinocerontes. El cóctel químico no es mortal (para humanos o rinocerontes), pero cualquiera que ingiera polvo de cuernos saldrá de urgencia al baño más cercano. El personal de la reserva ya trató a más de 100 rinocerontes y colocó carteles donde se advierte a los cazadores furtivos sobre este tratamiento.

Mientras tanto, una empresa de biotecnología está intentando producir un cuerno sintético de rinoceronte (enlace en inglés) que sea genéticamente indistinguible del real. El plan es tomar queratina –la sustancia de la que están hechos el pelo, las pezuñas y los cuernos–, agregarle ADN de rinoceronte y, después, usar una impresora tridimensional para crear un cuerno sintético. La expectativa es que inundar el mercado con productos sintéticos reduzca el precio del cuerno real y disminuya la demanda. Pero los críticos señalan que podría suceder exactamente lo contrario: que el cuerno sintético haga que la demanda se dispare.

2. Usar bacterias de bananas para salvar murciélagos

Una persona con guantes azules sostiene con cuidado un pequeño murciélago, lo que resalta el tamaño y la textura del mismo.
Pequeño murciélago café a punto de ser liberado tras recibir un tratamiento exitoso contra el síndrome de la nariz blanca. © Bat Conservation International

La cura de una enfermedad devastadora de la fauna silvestre podría estar esperando en el canasto de frutas de tu cocina.

Todo comenzó cuando los investigadores de la Universidad del Estado de Georgia descubrieron por accidente que las bacterias de las bananas inhiben el crecimiento de los hongos. Esta es una buena noticia para los murciélagos de Norteamérica, que están luchando contra un hongo epidémico, llamado síndrome de la nariz blanca, que ya mató a unos 5,7 millones de murciélagos en pocos años.

Bat Conservation International, The Nature Conservancy y el Servicio Forestal de los EE. UU. aunaron esfuerzos con los investigadores para convertir esta bacteria en un tratamiento para el síndrome de la nariz blanca. Si deseas conocer más, lee nuestra historia (enlace en inglés) sobre la liberación de los primeros 75 murciélagos tratados satisfactoriamente el año pasado.

3. Embaucar a los flamencos con su propio reflejo

Un flamenco rosado parado en un estanque observando su propio reflejo en un espejo.
Un flamenco investiga su propio reflejo en el Zoológico de Columbus. © OZinOH/Flickr

Los cuidadores de zoológicos en Inglaterra tienen problemas para lograr que una pareja de flamencos enanos críen polluelos en cautividad. Aunque la pareja ponía huevos, sus habilidades paternales eran bastante desastrosas: los hacían pedazos y los pateaban fuera del nido. Los flamencos enanos suelen criar en bandadas de decenas de miles de aves, pero el zoológico solo tiene 34 parejas.

Sospechando que el viejo refrán “Hace falta una aldea (para criar a un niño)” podría ser cierto, los cuidadores obtuvieron 50 espejos sobrantes (enlace en inglés) y los colocaron en el espacio de las aves, para generar la ilusión de una bandada. Otros programas de cría en cautividad emplean técnicas similares, como hacer compañía a las aves heridas durante su recuperación.

4. Un desodorante personalizado para kiwis

Una ilustración de un pájaro kiwi parado en el suelo, mostrando sus plumas marrones y peludas y su pico largo.
Pájaro kiwi Con sus plumas marrones y peludas y su pico largo. © G.D. Rowley/Wikimedia Commons

Este es el kiwi: el adorable pajarito de Nueva Zelanda que no vuela y que apesta a hongos. Sí, eso mismo.

Si bien el personal de TNC/Cool Green Science no puede verificar este hecho de primera mano (desafortunadamente), parece que algunas especies de kiwis (enlace en inglés) y sus nidos tienen un característico olor a hongos, gracias a la cera que secretan para acicalar su plumaje. Las cinco especies de kiwi están en peligro, gracias a la combinación habitual de destrucción del hábitat, depredadores invasivos e idiotez humana.

Un científico de Nueva Zelanda sospecha que el nauseabundo aroma de los kiwis empeora la situación al atraer a depredadores no nativos… el equivalente a colocarse un cartel gigantesco de “Cómanme”. ¿La solución? Algún tipo de desodorante para kiwis que oculte el olor y ayude a estas aves a evitar a los depredadores. Se está trabajando (enlace en inglés) para averiguar exactamente qué perfume de kiwi atrae más a los depredadores.

5. Arrojar ratones muertos atiborrados de analgésicos desde un helicóptero

Un hombre sostiene una serpiente frente a un cartel, mostrando su interacción con el animal.
Una serpiente arbórea marrón invasora en Guam. © Departamento de Agricultura de los EE. UU./Flickr

En el artículo anterior, te contamos cómo los conservacionistas usan chorizos de sapo que arrojan desde helicópteros para salvar a los adorables marsupiales australianos. Muy bien, el jueguito de "tirar cadáveres desde helicópteros" sigue adelante en Guam, donde el Departamento de Agricultura de los EE. UU. está librando una guerra contra una invasión de 2 millones de serpientes arbóreas marrones.

Las culebras invadieron Guam hace 60 años, escondidas en contenedores de carga y aeronaves. (Perdón, culpa nuestra). Al no tener depredadores naturales, han hecho verdaderos estragos en la vida silvestre de la isla, provocando la extinción de nueve de las 12 especies de aves del lugar.

Para ayudar a erradicar las serpientes, los administradores de la fauna están rellenando ratones muertos con paracetamol (enlace en inglés)–el mismo medicamento que tienes en tu botiquín del baño–, atándolos con una bonita serpentina verde y lanzándolos a la selva desde un helicóptero. El paracetamol es tóxico para las serpientes, que disfrutarán de una última cena cortesía del gobierno de los EE. UU.

6. Iluminar la sabana para los leones y los leopardos

Un león se yergue majestuoso en un campo de hierba, mostrando su poderosa presencia en el paisaje natural.
Un león macho mostrando su poderosa presencia en el paisaje natural en Tanzania. © Diana Robinson/Flickr

Es el sueño de todo amante de la fauna silvestre: la sabana africana rebosante de ñús errantes, leopardos reposando y orgullosos leones. Pero el éxito en la conservación de los grandes felinos en África tiene una desventaja: los crecientes conflictos entre felinos y pastores.

Para ayudar a disuadir a leones y leopardos de acechar el ganado, el Proyecto de Iluminación de Leones de Tanzania cuelga luces intermitentes solares (enlace en inglés) en los recintos de ganado, a fin de ahuyentar a merodeadores tales como felinos, hienas, perros y hasta elefantes. (Aparentemente, al ganado no le molesta la ambientación disco nocturna). La organización ya colgó estas luces en 69 recintos de ganado del Parque Nacional Tarangire y en la aldea Ololosokwan, justo en las afueras del Parque Nacional Serengueti.

7. Medir la edad de peces y tortugas marinas con la lluvia radioactiva

Una tortuga nada con gracia sobre un vibrante arrecife de coral, mostrando la belleza de la vida marina y los ecosistemas submarinos.
Tortuga Carey Una tortuga nada sobre un vibrante arrecife de coral. © Jeff Yonover/TNC

¿Qué tienen en común la bomba atómica y las tortugas marinas? No, no es el principio de un mal chiste. Los científicos han descubierto una manera de determinar la edad de las tortugas carey usando el radiocarbono de las bombas (enlace en inglés) que está almacenado en sus caparazones.

Las pruebas de bombas atómicas aumentaron en gran manera la cantidad del isótopo carbono-14 en la atmósfera. Con el tiempo, ese isótopo se abrió camino hacia la cadena alimenticia del océano, donde se acumula en el caparazón de las tortugas de manera similar al infame pesticida DDT, que se almacena en los huevos de las aves. (Afortunadamente, el carbono-14 no es nocivo). Al comparar el contenido de carbono-14 en el caparazón de las tortugas con el de otros especímenes de referencia, los científicos determinaron la edad de las tortugas carey hawaianas y descubrieron que esta población está alterando su dieta, posiblemente en respuesta al declive de los arrecifes de coral.

Los investigadores de TNC utilizaron una técnica similar para determinar la edad de especies de peces clave para el ecosistema de la Gran Barrera de Coral, (enlace en inglés) como el pez Napoleón y el pez loro. En el caso de los peces, las firmas atómicas se almacenan en los huesos del oído interno, u otolitos.

8. Lagartijas fisicoculturistas robotizadas

 Un lagarto tomando el sol en una roca, mostrando su piel texturizada y colores vibrantes sobre un fondo natural.
Una lagartija de lava macho de Galápagos. © Andy Teucher/Flickr

Los musculosos jóvenes del reality show Jersey Shore pueden entender a las lagartijas de lava de las Galápagos: ambos atraen a su posible pareja y defienden su territorio exhibiendo su musculatura. En el caso de las lagartijas, lo logran haciendo reiterados movimientos que parecen flexiones encima de una roca muy bien ubicada.

Los científicos que intentan descubrir la historia evolutiva de las nueve especies de lagartija de lava decidieron aprovechar esta forzuda competencia en su favor construyendo una lagartija robot (que también puede hacer flexiones) (enlace en inglés) y usándola para estudiar las interacciones entre lagartijas macho de distintas especies. No se sabe todavía quién ganó el concurso de flexiones.