La diplomacia de último minuto salva el impulso climático en la COP30 en Belém

“Independientemente del resultado, Brasil merece reconocimiento por su esfuerzo para impulsar la acción climática en un frente tan amplio, en un ‘año de ambición’ para el proceso de la COP.  A pesar de carencias notables, el texto final representa avances tangibles en muchas áreas críticas —no todas tan visibles como el lanzamiento del Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF)— pero logros importantes, sin duda, para el multilateralismo en tiempos turbulentos.

Desde el avance en los indicadores del Objetivo Global de Adaptación, hasta la inclusión y el reconocimiento histórico de los pueblos indígenas; desde evitar el descarrilamiento del artículo 6, hasta los compromisos formales asumidos por el presidente de la COP, André Corrêa do Lago, para desarrollar hojas de ruta tanto contra la deforestación como —de manera crucial— la eliminación ordenada y equitativa de los combustibles fósiles; Belém ha marcado la diferencia.

Si bien hubiéramos preferido que los combustibles fósiles se incluyeran en el texto principal, en lugar de quedar en un proceso paralelo liderado por la presidencia de la COP, esto sigue representando un avance para enfrentar la causa central de la crisis climática.

“A lo largo de este ciclo de la COP, Brasil ha combinado ambición con una encomiable disposición para encontrar soluciones creativas a los puntos más críticos, encarnando su filosofía del mutirão (trabajo colectivo). En medio de tensiones globales, Belém logró trazar un camino para la acción climática multilateral y acercarnos a un futuro más seguro para las comunidades que están en la primera línea de la crisis climática”.