Declaración de nuestra Directora Ejecutiva
Representantes de casi 200 países se reúnen en Egipto para coordinar la acción climática mundial.
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Entre el 6 y el 20 de noviembre, representantes de todo el mundo se reunirán en Egipto para la próxima ronda de negociaciones climáticas de las Naciones Unidas: la COP27.
Esto representa la primera vez desde Marrakech (2016) que una COP climática se organiza en el continente con menos responsabilidad por las emisiones de gases de efecto invernadero y con más vulnerabilidad a sus efectos. Se esperan que los llamados por parte de las naciones emergentes a un mayor financiamiento para la adaptación climática estén en lo alto de la agenda en Sharm, ya que estos países buscan construir resiliencia.
Y, debido a la pandemia de covid-19, el CDB-COP15 de la Conferencia de la ONU sobre Diversidad Biológica —originalmente planeada para organizarse en Kumming, China, en 2020— ahora se realizará en diciembre en Montreal. Aquí el foco estará puesto en asegurar la aprobación del largamente demorado Marco Mundial de la Biodiversidad, la hoja de ruta compartida por toda la humanidad para ralentizar y revertir el acelerado colapso de los ecosistemas de la Tierra y avanzar hacia un mundo positivo para la naturaleza para el 2030.
Ambas crisis, la del clima y la de la biodiversidad, están fundamentalmente interconectadas. El impulso es todo, y lo que pase en Sharm El Sheikh tendrá también implicancias para los resultados en Montreal.
Con respecto a las oportunidades y los desafíos que presenta esta fortuita confluencia de las reuniones ambientales de la ONU, la directora ejecutiva de The Nature Conservancy (TNC) Jennifer Morris dijo: -
“A poco de iniciarse otra temporada de conferencias sobre políticas globales, este año se siente diferente. La reciente aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación hace que Estados Unidos vuelva al ruedo. Esta histórica inversión en energía limpia y soluciones climáticas ayuda a poner al segundo emisor de carbono del mundo cerca de sus compromisos internacionales. Esperamos ver un muy necesario foco sobre el cumplimiento y la implementación de compromisos y promesas anteriores, lo que ha estado lamentablemente ausente de las recientes COP.
La urgencia nunca ha sido tan aguda como en este momento. Hogares perdidos a causa del aumento del nivel del mar en las islas del Pacífico; pueblos indígenas que ven sus bosques arder; la población de Florida que reconstruyen luego de otro huracán extremo; inundaciones en Pakistán y Nigeria: vemos sufrir a comunidades vulnerables, y a la naturaleza en retirada. Nunca antes fue tan claro cuán profunda es nuestra dependencia de un ambiente estable. Y nunca fue más vital llamar a cumplir las promesas para proteger nuestro clima y detener la emergencia de la biodiversidad. Debemos presionar en pos de soluciones financieras durables y acciones ambiciosas que atraviesen geografías, culturas, generaciones y divisiones políticas.
A pesar de las amenazas urgentes que enfrentamos, hay buenas noticias. El año pasado en Glasgow, hubo un consenso profundo y potente detrás de las soluciones basadas en la naturaleza, como reforestación, restauración de humedales y recuperación de manglares, como pilares de nuestra respuesta colectiva a la crisis climática. Hemos establecido claramente que la naturaleza es una de las herramientas más poderosas que tenemos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y construir resiliencia. Ahora tenemos que movernos rápidamente si queremos aprovechar este impulso.
Dado que la COP27 sobre Cambio Climático y la COP15 sobre Diversidad Biológica tendrán lugar con muy poco tiempo entre ellas, estos próximos meses presentan una oportunidad única para abordar juntas estas crisis interconectadas e implementar acciones reales.
En TNC, el impulso que queremos ver gira en torno a las personas, las alianzas y el progreso. Es crítico que los países cumplan rápidamente con la promesa largamente adeudada de 100 000 millones de dólares por año para financiamiento climático para el 2020. Más aún, para hacer un progreso real, las delegaciones tienen que empezar inmediatamente, y no esperar al 2025, a planificar una suma significativamente mayor para su próxima promesa. No hay tiempo que perder. Cuanto más demoremos, más costoso será; en términos de financiamiento climático y de confianza entre países, y lo más importante: en impactos sobre las personas vulnerables.
El financiamiento también tiene que ser flexible y responder a las necesidades. Mientras tratamos de definir el camino para la adaptación, la mitigación y cómo abordar la pérdida y el daño, tenemos que confiar en las soluciones basadas en la naturaleza, que sabemos que pueden entregar más del 30 % de la reducción de emisiones que se requiere para el 2030, así como también construir resiliencia natural para los impactos climáticos. Vemos con beneplácito los compromisos de países que lideran las donaciones de alinear un 30 % de su financiamiento climático para las soluciones basadas en la naturaleza, y llamamos al resto a seguir sus pasos a fin de optimizar los resultados tanto en materia de clima como de naturaleza. Necesitamos renovar la manera en que funcionan los bancos de desarrollo bilaterales y multilaterales y tenemos que mejorar mucho el trabajo de llevar el capital privado hacia la acción climática.
Esta inusual confluencia de las COP de clima y de biodiversidad nos da una chance para hacer a un lado nuestras diferencias del día a día y lograr un avance colectivo en torno a desafíos que, sin control, tienen el potencial de afectar toda la vida en nuestro planeta durante las décadas por venir. No dejemos pasar esta oportunidad”.
The Nature Conservancy (TNC) es una organización ambiental global dedicada a la conservación de las tierras y aguas de las cuales depende la vida. Guiados por la ciencia, creamos soluciones innovadoras y prácticas a los desafíos más urgentes de nuestro mundo para que la naturaleza y las personas puedan prosperar juntos. Estamos abordando el cambio climático, conservando las tierras, las aguas y los océanos a una escala sin precedentes, proporcionando alimentos y agua de manera sostenible y ayudando a hacer las ciudades más sostenibles. Trabajamos en 76 países y territorios: 37 por impacto directo de conservación y 39 a través de socios, usando un enfoque de colaboración que involucra a las comunidades locales, los gobiernos, el sector privado y otros socios. Para obtener más información, visite TNC en América Latina o siga @TNCLatinamerica en Twitter.