Un lunes, era el turno de Barry. Había crecido en Lewa Conservancy como el duodécimo y último vástago de Solio, una de las primeras rinocerontes negras de Lewa. A lo largo de sus 12 años, Barry había visto nacer a decenas de rinocerontes, que también habían hecho de Lewa su hogar.
Para el ojo inexperto, 37 600 hectáreas parecen mucho espacio para 260 rinocerontes. Pero estas solitarias criaturas pueden sentirse abarrotadas muy pronto. Y cuando cualquier santuario de rinocerontes alcanza cierta cantidad de animales –una cifra llamada capacidad de acogida–, estos pueden dejar de reproducirse y comenzar a pelearse. Tal situación frena la recuperación del rinoceronte negro desde el filo de la extinción.
Así que Barry probablemente ya estaba listo para irse a algún lugar menos poblado: un espacio abierto con mucha comida, agua y sitio por donde deambular. Por suerte, se dirigía al nuevo santuario de rinocerontes en Loisaba Conservancy.
UN REGRESO TRIUNFAL
Los rinocerontes negros solían abundar en toda Kenia, pero la caza furtiva desmedida en las décadas de 1970 y 80 casi los llevaron a la extinción. Hacia mediados de los 80, se calcula que quedaban menos de 300 especímenes en el país. La intervención del Gobierno frenó el declive, impulsando una notable recuperación de su cantidad. Actualmente, Kenia está a la mitad, aproximadamente, de su meta de 2000 especímenes, la cantidad mínima necesaria para garantizar la supervivencia a largo plazo de la especie.
“Es muy estimulante que la caza furtiva, que había causado estragos en nuestras poblaciones de rinocerontes, haya disminuido drásticamente”, afirma Munira Bashir, directora del Programa Kenia de The Nature Conservancy. “De hecho, en los últimos cuatro años se han producido casi cero incidentes de caza furtiva”.
Ahora, el factor limitante principal es el espacio. La apertura del 17.º santuario de rinocerontes en Loisaba Conservancy reducirá la aglomeración de tres santuarios actuales: Lewa Conservancy, Ol Pejeta Conservancy y Nairobi National Park, y contribuirá a aumentar la población general. Los 21 rinocerontes trasladados a Loisaba son solo el inicio de una población reproductora; en este espacio protegido, ese número puede crecer al menos hasta 50 de forma segura. Los científicos seleccionaron cuidadosamente a 11 hembras y 10 machos para crear la combinación adecuada de rinocerontes de distintos linajes, a fin de obtener el máximo potencial reproductivo.
UNA OPERACIÓN COORDINADA
A cargo del Servicio de Vida Silvestre de Kenia, este inmenso esfuerzo ha exigido la cooperación estrecha de un importante equipo de socios a lo largo de varios años. TNC, San Diego Zoo Wildlife Alliance (SDZWA) y Space for Giants han desempeñado papeles destacados a la hora de financiar el santuario y reubicar a los rinocerontes, mientras que Elewana Collection ha sido un socio clave y el aportante exclusivo de turismo al área protegida.
Transportar un animal de 900 kg no es tarea fácil, y trasladar casi dos docenas exige un nivel increíble de coordinación, eficiencia y profesionalismo. Los 21 rinocerontes se trasladaron a lo largo de dos semanas, de a tres por vez. Veterinarios del Servicio de Vida Silvestre de Kenia aportaron su especialización a la hora de tranquilizar y manipular a los rinocerontes, supervisarlos las 24 horas y reaccionar rápidamente para resolver desafíos imprevistos.
El desplazamiento se implementó respetando las pautas de translocación de IUCN y el Protocolo de inmovilización y translocación para rinocerontes negros y blancos en Kenia, de 2019. Cada día de captura, se tranquilizaban tres rinocerontes con mucho cuidado y luego se medían, se etiquetaban y se cargaban en cajones personalizados para mantenerlos cómodos y seguros durante el viaje. Después, los tres camiones viajaban juntos formando una lenta caravana hasta Loisaba Conservancy.
DESEMBARCO EN LOISABA
Se hicieron muchos esfuerzos para garantizar que Loisaba fuera un hábitat adecuado para la nueva población de rinocerontes, y la preparación para su llegada tomó varios años. Fue necesario llevar a cabo muchos análisis, como una evaluación ecológica, una evaluación de riesgos de enfermedad, una evaluación de seguridad, una auditoría de operaciones y un relevamiento de las vallas, con la consiguiente evaluación del impacto ambiental.
Después, Loisaba tuvo que construir infraestructura especializada, como una valla a prueba de rinocerontes, alrededor de casi la mitad del área protegida. Esta valla de bajo perfil, de solo unos pocos alambres, puede mantener a los rinocerontes dentro pero permite a la vez que la mayoría de los animales pasen por debajo, la salten o la atraviesen. Los huecos en la valla, formados por una pared de roca suelta e inclinada, servirán como corredores para elefantes, jirafas y otros mamíferos de gran tamaño, pero resultan infranqueables para los rinocerontes debido a sus patas voluminosas.
Además, Loisaba contrató nuevos guardas de rinocerontes e incorporó más vehículos y equipos de monitoreo de vanguardia. El financiamiento obtenido por TNC, SDZWA y Space for Giants cubrirá los costos operativos durante cinco años, que abarcan atención veterinaria constante, gestión del hábitat y sensibilización de la comunidad.
TRAER A LOS RINOCERONTES A CASA
Antes de la crisis de la caza furtiva, los rinocerontes abundaban en las tierras de lo que hoy es Loisaba Conservancy. El último avistamiento en este lugar fue a mediados de los 70. Volver a traer rinocerontes a Loisaba es más que una increíble historia de éxito para la conservación: es la restauración de una parte de la herencia natural de las comunidades locales.
Los integrantes de las comunidades locales siempre tendrán la oportunidad de visitar Loisaba para observar a sus nuevos vecinos, y el área protegida organiza constantemente visitas escolares a la reserva para aprender sobre la vida silvestre y el ambiente en su centro de conservación.
Quote: Lelaki Lekulal
Las nuevas incorporaciones podrían aportar beneficios extra. Por ejemplo, tener a los "Cinco Grandes" en Loisaba atraerá más turistas, lo que se traduce en más trabajos y proyectos de desarrollo en la comunidad.
Hace casi una década, TNC y otros socios obtuvieron financiamiento para adquirir Loisaba Conservancy y transferirlo a un fideicomiso keniano destinado a su conservación a largo plazo. Esto garantizó que se mantuviera como un paisaje silvestre conservado, mientras que otros potenciales compradores podrían haber desarrollado la tierra de manera insostenible. Ahora, Loisaba puede jugar un rol fundamental a la hora de lograr la sostenibilidad para estos asombrosos animales.
“En TNC nos complace aportar a esta iniciativa, para garantizar que los rinocerontes de Kenia tengan el espacio suficiente donde deambular”, expresó Bashir. “Mantenemos nuestra dedicación inquebrantable de apoyar al Gobierno y a nuestros socios en sus iniciativas para proteger la supervivencia a largo plazo de estas especies en peligro”.
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