Ilustración del cisne negro de Australia
FLOTANDO: Cisne negro de Australia © Zoltán Pogonyi

Proteger la tierra y el agua

País de Aves

En un seco rincón de Australia, TNC adquirió recientemente 120 millas cuadradas de humedales que mantienen la crianza de aves acuáticas y una cultura de 50,000 años.

Por Justine E. Hausheer, Escritor Científico

Rene Woods frena de golpe al encontrar cinco emúes cruzando el camino, zigzagueando como bailarinas borrachas en frente de nuestra Land Cruiser.

He viajado al corazón del granero de Australia, la cuenca Murray-Darling, para explorar algunos de los últimos humedales salvajes en medio de un paisaje extenso y plano, que produce más de $15 mil millones en productos agrícolas cada año. Woods, un gerente de proyectos de TNC y mi guía por el día, apenas parpadea al ver pasar las últimas aves de 6 pies de altura, revoloteando su tutu de plumas.

mapa de Gayini Nimmie-Caira
Riverina El Área de Proyecto de los Humedales de Riverina. © Mapping Specialists, Ltd.

Estamos aproximadamente cinco horas al norte de Melbourne, conduciendo hacia un amplio pantano de caña que TNC recientemente adquirió por más de $38 mil millones. Este pantano y los terrenos colindantes contienen uno de los últimos humedales en la seca Nueva Gales del Sur, convirtiéndolo en un salvavidas crítico para las aves acuáticas.

La agenda de hoy es visitar la propiedad de casi 350 millas cuadradas contigua al pantano, llamada Gayini, por el gentilicio de Nari Nari, una comunidad indígena de la cual Woods es miembro. Su larga línea ancestral ha vivido en Gayini por casi 50,000 años. En otras palabras, los ancestros de Woods ya estaban aquí cuando los Neandertales aún habitaban Europa. Sin embargo, en la primera mitad del siglo XX, el gobierno federal y estatal dió la tierra a los soldados que regresaban de las guerras mundiales.

Los nuevos propietarios convirtieron bosques y llanuras aluviales en granjas de riego y polvosos corrales ovejeros. Mientras el terreno estaba siendo dividido, los recursos hídricos de la región también se dividieron. Hoy en día, casi cada gota de agua del Murray, Darling y otros ríos principales en la tan adecuadamente llamada Riverina, está destinada para el uso de propietarios, ciudades y pueblos agrícolas. Rene dice que el proceso deja muy poca agua disponible para humedales, pero ha prometido enseñarme un lugar donde la naturaleza sigue floreciendo.

Evitada la colisión de emúes, continuamos conduciendo por la cima de un ancho terraplén de tierra rodeado por un canal profundo y seco en cada lado. La tierra que nos rodeaba es tan monotona y plana que si el desgastado pasto fuera intercambiado por maíz juraría que estaba en Kansas. Justo cuando empiezo a preguntarme cómo este lugar puede llegar a ser un proyecto de conservación, Woods se estaciona tras otra camioneta. Hemos llegado al final del camino, donde repentinamente un vasto humedal aparece a la vista, extendiéndose en el horizonte frente a nosotros. Respiro, haciendo una toma doble entre el campo sin vida detrás de nosotros y el exhuberante humedal delante.

Salimos al amanecer ventoso de invierno. Puedo ver el agua fluyendo desde los humedales hacia una pipa debajo de nuestros pies, vertiéndose en los matorrales del otro lado del camino.

avoceta de cuello rojo y garza de cuello blanco.
Vadeo Avoceta de cuello rojo y Garza de cuello blanco. © Zoltán Pogonyi

"Aquí es donde tendremos probablemente críanza de aves," dice Jamie Woods, hermano de Rene y el administrador del terreno en Gayini, mientras nos saluda.

Mientras Jamie checa los reguladores de flujo desde una caja de control cerca de ahí, Rene y yo observamos los humedales. Incontables ranas llaman desde la profundidad, dentro de los enredados matorrales, llamados lignum, cuyas ramas sin hojas brillan color verde con flores del tamaño de un guisante. Cisnes negros aparecen y Jamie se nos une, señalando que los cisnes son un animal tótem para la comunidad de Nari Nari.

Intuyendo mis preguntas, Rene y Jaime me explican: Antes del asentamiento europeo, el agua fluía através de Gayini mediante una red de pequeños riachuelos, arroyos y humedales. Y cada pocos años, despúes de intensas lluvias, el río Murrumbidgee al norte, se desbordaba, inundando el terreno y creando el hábitat perfecto para las aves acuáticas. Durante las inundaciones, decenas de miles de ibis, espátulas y pelícanos decenderían para reproducirse en colonias gigantes, construyendo sus nidos encima del lignum y de los árboles de goma roja del río, en un evento escandaloso, oloroso y espectacular.

Pero estos días, cientos de miles de zanjas y terraplenes construidos por los agricultores, bloquean el flujo del agua de inundaciones y matan de hambre a los humedales naturales. Eso empezó a cambiar en Gayini en 2013, dice Rene, cuando 11 propietarios vendieron su tierra y derechos de agua al gobierno estatal. La tierra es ahora gestionada por un consorcio dirigido por TNC con el Consejo Tribal Nari Nari, el Grupo de Trabajo de Humedales Murray-Darling y la Universidad de Nueva Gales del Sur.

Mucho del trabajo de conservación en Gayini, se desarrolla en torno a excavar terraplenes para dejar que el agua de Gayini se mueva libremente. "El objetivo es siempre tener agua en algún lugar del paisaje, incluso sin una inundación, para que las aves tengan donde quedarse un año entero," dice Rene.

Los hermanos me dicen que tan solo unas semanas atrás, la mayor parte del terreno que ví era café y totalmente seco, como el campo que pasamos durante nuestro recorrido. Pero la tierra es increiblemente resiliente. "Solo tienes que tratarla bien y amarla, y regresará," dice Jamie. Esta agua es la primera en fluir a través de Gayini desde que terminó la destrucción, y el campo ya está regresando a la vida. Y cuando el agua regrese, dice Jamie, también lo harán las aves.

Este trabajo tuvo un gran impulso a finales de 2018, cuando TNC adquirió un segundo humedal justo al norte de Gayini: el Gran Cumbung, uno de los pantanos rojos más grandes del sureste de Australia, y el humedal que me trajo aquí al principio. Esta era la adquisición privada de conservación más grande en la historia de Australia. El pantano es peculiarmente diferente de los humedales de lignum de Gayini, con vastas extensiones de herbosa caña, que recuerdan a los Everglades de Florida.

wetland
Posando Galahs anidadores y ave melífaga de plumas blancas. © Zoltán Pogonyi

Con apoyo filantrópico de varios donadores, la Fundación Wyss, TNC y su socio Tiverton Agriculture adquirieron el terreno y sus derechos de agua. El trato fue estratégico: Gayini y el Cumbung no solo contienen algunos de los mejores humedales remanentes de la región, también ambos colindan con el Parque Nacional Yanga, el cual protege uno de los bosques más grandes de goma roja del río que quedan en la región.

Más tarde, Jamie y yo conducimos al extremo sur de Gayini, mientras él checa donde está circulando el agua. Se detiene para enseñarme el Lago Loorica. El lecho del lago es seco, pero los árboles en su orilla siguen decorados con cientos de pelícanos y nidos de cormorán de la última inundación.

Mirando mis pies, notó un extraño y oscuro parche de tierra cubierto de pequeños guijarros color terracota. "Esto es una cocina," dice Jamie, sonriendo orgullosamente. Estamos parados junto a los restos de un antiguo fogón, donde los Aborígenes Australianos asaban emú, canguro y otros animales, en un horno hecho de arcilla calentada al fuego. Me arrodillo a tocar la tierra, perplejo.

“Donde quiera que camines, vueles o conduzcas en Australia, encontrarás signos de asentamientos Aborígenes," dice Jamie. Señala la cresta chata al otro lado del lago, que se mantiene seca incluso cuando hay inundación. "Hay muchísimos túmulos allí arriba." Mientras regresamos al auto, Jamie me dice que este es solo uno de más de 1,000 sitios culturales en Gayini.

Mientras hablamos, me doy cuenta de que estos lugares no son curiosidades antropológicas—son piedras angulares vitales de una cultura viva. Jamie explica que la cultura Aborigen tiene un vínculo inextricable con la tierra. Los europeos interrumpieron esa conexión, privando a los Nari Nari del campo como de la cultura.

Pero estas cosas están cambiando. Rene y Jamie han visitado Gayini desde que eran niños, caminando sobre el campo y mostrando respeto a sus ancestros aquí enterrados. Gayini los mantiene y satisface de una manera que ningún otro lugar puede.

Reconociendo esa profunda conexión, el consorcio que gestiona Gayini planea ejercer su opción de adquirir la tierra del gobierno de Nueva Gales del Sur. Será un momento significativo: En la cuenca Murray-Darling, Rene me cuenta después, los Aborígenes Australianos poseen menos del 3% de la tierra y menos del 1% del agua.

Mientras se pone el sol en mi último día en Gayini, camino desde la pequeña vivienda donde me hospedo a un riachuelo arbolado. Estoy aprendiendo a leer el paisaje después de unos días con Jamie y Rene. Mirando el campo soleado, puedo identificar las sublimes depresiones talladas por el agua, las chatas crestas de arena. Veo hacia donde fluirá el agua cuando vengan las próximas inundaciones y las aves desciendan sobre Gayini.

De regreso a la vivienda, vuelvo a leer el póster escrito a mano en el muro, puesto por los miembros del consorcio cuando se reunieron para discutir su visión a largo plazo para esta región. "Que los custodios tradicionales en Gayini curen sus tierras y aguas, y a cambio, Gayini cura a su gente." Yo lo creo.