Ecuador en la vanguardia de la protección de los ecosistemas de agua dulce
El enfoque ecuatoriano para la conservación de agua dulce se erige como referente mundial.
Los ecosistemas de agua dulce enfrentan una fuerte crisis a nivel mundial, lo que impulsó a organizaciones internacionales de conservación, así como a líderes indígenas e instituciones gubernamentales a solicitar la inclusión de las “aguas continentales” en las metas asociadas al histórico Marco Global de la Biodiversidad de Kunming-Montreal el pasado diciembre.
Al mismo tiempo, los esfuerzos de colaboración en Ecuador han dado lugar a ejemplos recientes de conservación eficaz y a gran escala del agua dulce que otros países pueden considerar mientras trabajan para cumplir sus compromisos de proteger el 30 % de sus ecosistemas terrestres, de agua dulce y marinos para 2030.
Es así, que Ecuador ha enfocado esfuerzos en el establecimiento de diferentes mecanismos de protección de los ecosistemas de agua dulce: las áreas de protección hídrica (APH) y las reservas fluviales comunitarias.
Las Áreas de Protección Hídrica ponen al recurso hídrico y la participación local como protagonistas
Los esquemas de conservación generalmente suelen tener en cuenta una variedad de prioridades terrestres, desde la diversidad de flora y fauna de una zona hasta su importancia ecológica y cultural, así como la salud y la extensión de sus ecosistemas. Ecuador está adoptando un enfoque diferente dando prioridad a la protección de ecosistemas de agua dulce que brindan seguridad hídrica a las personas mediante el establecimiento de áreas de protección hídrica (APH), una figura de conservación reconocida en la Constitución del país y que se incluye como parte de la política pública implementada en el Eje de Transición Ecológica del Plan Nacional de Desarrollo para promover la gestión integral del recurso hídrico.
“Proteger la naturaleza es la forma más rentable de garantizar la cantidad y la calidad del agua en el futuro”, afirma Cristina de la Paz, coordinadora del programa de cuencas hidrográficas resilientes de The Nature Conservancy (TNC) en Ecuador. Esto además tiene importantes beneficios para la biodiversidad y la mitigación del cambio climático, también afirma.
El Área de Protección Hídrica Aguarico, Chingual y Cofanes establecida en 2022, es un buen ejemplo. Con una extensión de más de 100.000 hectáreas, esta APH abarca las cuencas de los ríos Chingual y Cofanes, que desembocan en el río Aguarico —todos son parte de la red de afluentes del río Amazonas—. Desde los altos Andes hasta las faldas de la cuenca del Amazonas, esta área de protección hídrica es importante para la conservación del agua, pero también para mitigar el cambio climático. Además, su importancia radica en que mantiene la conectividad entre otras áreas protegidas en una región caracterizada por una gran diversidad de especies, pero también de actividades productivas de las poblaciones que habitan en esta área.El establecimiento del Área de Protección Hídrica Aguarico, Chingual y Cofanes se inició como medida de reparación después de que miembros de la comunidad indígena A'i Cofán de Sinangoe obtuvieron una sentencia favorable en una demanda al Estado por la vulneración al derecho a la consulta y a los derechos de la naturaleza, por el otorgamiento de más de 50 concesiones mineras que podrían contaminar las principales fuentes de agua de la comunidad
En respuesta, el gobierno ecuatoriano se asoció con TNC, con el apoyo de Conservación Internacional y Andes Amazon Fund, para establecer un conjunto de cinco áreas de protección hídrica hasta principios de 2023. El texto de la Constitución de Ecuador de 2008 y la Ley Orgánica de Recursos Hídricos, Usos y Aprovechamiento del Agua (LORUyA) de 2014 proporcionaron el marco jurídico para dar prioridad a los ecosistemas de agua dulce.
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En conjunto, estas áreas de protección hídrica abarcan más de 106 000 hectáreasa que incluyen 2300 kilómetros de ríos y casi 2800 hectáreas de humedales, protegiendo fuentes de agua esenciales para más de 46000 personas.
Una vez establecidas las áreas de protección hídrica, es necesario elaborar sus planes técnicos de manejo (PTM) de manera participativa, como instrumentos para la planificación y gestión sostenible de cada área, que permitan generar beneficios para las poblaciones asentadas dentro y en las zonas de influencia de estos territorios y que a la vez conserve y promueva el uso sostenible de los recursos naturales, con énfasis en el recurso hídrico. Actualmente se encuentran generados los planes técnicos de manejo y a finales del 2023 concluyó la elaboración del PTM del Área de Protección Hídrica Aguarico, Chingual y Cofanes.
Posterior a la elaboración de los PTM, los siguientes pasos son el establecimiento de mecanismos de gobernanza de las APHs a través de comités de gestión , implementación de actividades iniciales enmarcadas en la planificación estratégica de los PTM, como el fortalecimiento de medios de vida sostenibles y finalmente la identificación de estrategias para la sostenibilidad financiera de las APHs.“En este momento, el agua nos está uniendo”, afirma Mary Paucar, responsable de la Unidad de Recursos Hídricos de la Dirección zonal de Sucumbíos para el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica de Ecuador.
La Reserva Fluvial Comunitaria: un mecanismo participativo e innovador para la protección del flujo libre de los ríos y preservación de los medios de vida comunitarios.
A lo largo de los ríos Nushino, Curaray y Villano en la Amazonía ecuatoriana, TNC trabaja con 33 comunidades de la nacionalidad indígena Waorani y 47 comunidades de la nacionalidad indígena Kichwa de Pastaza para establecer un mecanismo de conservación innovador denominado reserva fluvial mediante un proceso de consentimiento libre, previo e informado.
La Reserva Fluvial Comunitaria Nushino-Curaray-Villano, llamada así por los principales ríos que la conforman, se extiende por más de 371.380 hectáreas, protege 1800 km de ríos y es rica en una diversidad de hábitats y biodiversidad acuáticos. Su principal objetivo es mantener la conectividad fluvial para cerca de 200 especies de peces que son la principal fuente de proteínas para las 4000 personas que habitan este espacio biodiverso y multicultural. No obstante, también protegerá la zona de amenazas como obras de infraestructura, minería, vertidos de petróleo, y otros contaminantes
“Nos permitirá vigilar los ríos y exigir que se cuente con el consentimiento previo de las comunidades que viven en la cuenca antes de realizar cualquier actividad”, afirma Gilberto Nemquimo, miembro de la comunidad Gometaon, perteneciente a la Nacionalidad Waorani del Ecuador. “Los ríos son sagrados. No se pueden dañar, no se pueden destruir, porque nuestras vidas dependen de ellos”.
El diálogo es fundamental para el éxito de proyectos como este, señala Gabriela Celi Checa, Coordinadora de la Estrategia de Conservación Amazónica de TNC, quien pasó largas horas en pequeñas embarcaciones junto con líderes de las nacionalidades Waorani y Kichwa, viajando de una comunidad remota a otra durante el proceso de socialización y planificación de la iniciativa. Su equipo contrató a personas de las comunidades para que tradujeran del español a las lenguas nativas (kichwa y wao terero) en cada uno de los talleres de socialización, planificación y proceso de consentimiento, con el fin de garantizar la comprensión mutua antes de la toma de decisiones comunitarias.
Quote: Norma Nenquimo
Más del 60 % de la cuenca amazónica ecuatoriana es de propiedad o posesión ancestral de nacionalidades indígenas. “Las comunidades tienen una estrecha relación con los recursos naturales. Debemos reconocer que las comunidades son actores estratégicos de la conservación, quienes gestionan sus territorios en función de los saberes y usos tradicionales, lo que ha permitido mantener estos ecosistemas frágiles y muy importantes en términos de biodiversidad”. “Promover la participación efectiva, respetar los derechos colectivos y apoyar los esfuerzos de conservación históricos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, garantizará la protección de los ecosistemas de agua dulce, de manera eficaz y duradera”, afirma Celi.
En febrero de 2023, la reserva fluvial fue auto-reconocida por las 80 comunidades indígenas que la conforman como un Área de Conservación y Uso Sustentable (ACUS) Comunitaria, figura de conservación establecida en la normativa nacional (Acuerdo Ministerial 83). En la actualidad, TNC trabaja en conjunto con las organizaciones de las nacionalidades waorani y kichwa de Pastaza y las comunidades para co-diseñar un plan de manejo participativo, que incluye estrategias de conservación y manejo para los recursos dulceacuícola, fortalecimiento de la gobernanza territorial, defensa del territorio biocultural, bienestar y medios de vida comunitarios: modelos para la región y el mundo.
Cómo trabajamos
El trabajo de protección de The Nature Conservancy se guía por su marco de protección duradera del agua dulce y el marco Voz, elección y acción (VCA)
La creación de áreas de protección hídricas y de una reserva fluvial en Ecuador demuestra el poder de la colaboración entre organismos gubernamentales, organizaciones comunitarias y conservacionistas.
“Es de esperar que estos notables logros inspiren la protección de otros ríos de flujo libre y humedales conectados en el Amazonas y más allá”, afirma Silvia Benítez, Gerente de agua de TNC para América Latina.
Este artículo fue posible gracias al apoyo de campo de nuestro equipo de América Latina.
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