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Contra la deforestación Bosques, cambio climático, San Agustín, México © Erich Schlegel

Historias en Mexico

Para conservar, hay que aprender.

La Alianza M-REDD+ contra la deforestación en México

Para conservar se debe aprender, o al menos así han demostrado en el ejido San Agustín, en la península de Yucatán, en México. De la mano del personal de la Alianza MREDD+ -un consorcio de cinco organizaciones liderados por The Nature Conservancy para frenar la deforestación en México- y combatir el cambio climático, han mostrado cómo hacer del bosque un motor para el desarrollo, cómo hacer de la agricultura tradicional una fuente de empleos, y cómo la producción sustentable es la garantía para conservación de los recursos naturales.

San Agustín está ubicado  en el borde de la selva Maya, uno de los macizos forestales más importantes del continente. A diferencia de las tierras que se ubican más al sur, las suyas no son ricas en maderas preciosas, y la humedad en la zona es mucho menor que en otros lugares de la misma península. Por ello, mantener el bosque en pie había sido un duro sacrificio ya que  quitaba espacio para la agricultura y la ganadería. Sin embargo, con el apoyo y la intervención de TNC y sus aliados, esa situación cambió.

La Alianza M-REDD+ fue un esfuerzo de varias organizaciones mexicanas e internacionales pa preparar a México para recibir los fondos internacionales por el mecanismo de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD+) y para combatir la pérdida de bosques y selvas.

Durante cinco años prestó asistencia técnica a los gobiernos federal y estatales para mejorar sus capacidades de monitoreo, de políticas públicas, de coordinación, de financiamiento, para atajar los problemas de la deforestación, que  cobra cada año entre 150 mil y 250 mil hectáreas de bosques y selvas. Además, la Alianza hizo un enorme esfuerzo por desarrollar nuevas formas de producir y conservar con proyectos piloto en varias partes del país, entre ellas, San Agustín.

El proyecto en este ejido yucateco (el ejido es una de las modalidades mexicanas de propiedad común de la tierra) fue uno de los más exitosos. Trabajando de la mano con productores y productoras locales, aprendiendo con ellos, entendiendo las dinámicas sociales, culturales y económicas que hay alrededor de la selva, TNC impulsó nuevas formas de producir y contribuyó a reactivar la economía local.

Gracias a este esfuerzo, donde antes había fragmentos de vegetación secundaria semiabandonados, hoy hay parcelas en recuperación, y su cuidado se financia con la extracción de madera para polines y de carbón vegetal, otro cambio se refleja en la economía pues estaba  estancada y obligaba a la población a  trabajar en hoteles o en las grandes ciudades. Hoy el panorama es diferente, fuentes como la miel, la ganadería sustentable, la agricultura de conservación, han generado nuevas oportunidades de trabajo y han contribuido a que se muevan los mercados.

De la mano de las comunidades locales, trabajando codo a codo con gobiernos  de todos los órdenes, con un enfoque basado en el conocimiento científico , TNC contribuye a innovar partiendo de las mejores tradiciones, es  sí cómo transformamos nuestra relación con el entorno, guiamos en las buenas prácticas ambientales y las convertimos en garantía de conservación de la naturaleza.



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Trabajando codo a codo con gobiernos de todos los órdenes, con un enfoque basado en el conocimiento científico, TNC contribuye a innovar partiendo de las mejores tradiciones